Me quiero reír y me sonrío.
No quiero herir, con mi actitud, tu corazón.
No quiero noche tras noche llorar tu partida
y sentir que mi vida se extingue sin escalas.
No quiero reír, ya no me hace gracia;
solo el pensar que me costaría el perderte, ya nada tiene gracia.
No podría seguir existiendo, sabiendo que no estás y es por mi culpa.
No me volvería a ver a los ojos, habiéndote perdido.
O quizá desahuciado, con inanición de ti,
decida continuar con este tormento (tormento para entonces)
y pagar en vida mi más insulso error
y soñar contigo como quien añora y recuerda esperando la muerte.
Pero, para entonces (exactamente cuando te esté perdiendo),
me lo pensaré mil veces, infinitas,
cerraré mis ojos y mi primera premisa será el no perderte
y mi segunda premisa será el conservarte.
16/01/08
No hay comentarios:
Publicar un comentario