viernes, 30 de mayo de 2008

3.034.- Pollo.

Un pollo muere, apenas un pollo y muere.

De un huevo de una gallina esclavizada,
más exactamente de su yema y alimentado de su clara,
nació un pollito.
El pollito amaba vivir
y lo obligaron a vivir
veinticuatro horas al día.
El pollito quería comida
y lo obligaron a comer a cada instante.
El pollito quería comer
eso tan delicioso que comió ayer,
y se lo dieron (mezclaron su excremento y harina de pescado).

El pollito luego quiso
hacer otras cosas: conversar, dormir,
pero nadie conversaba, todos comían,
no había por qué perder el tiempo,
había comida abundante ahora,
y el pollito siguió el ejemplo.

Semanas más tarde, el pollito fue un pollo,
obeso tal vez, pero un pollo joven envejecido.

Y cuando empezaba
a encontrarle sentido a «esta vida»,
se la arrebataron sin más,
en un proceso de matanza automatizado,
sin sensar si es que el pollo
sufría o no, si quería eso o no,
si sabía que había tenido
una hermosa vida o no.

Luego, sus restos descansaron en los mercados,
esperando quien los compre antes de podrirse;
a veces ya podridos: maquillados.
Luego, consumidos por personas que no saben
si es nutritivo o no, si es dañino o no,
si tiene efectos no estudiados o no,
si el pollo es un pollo o algo más moderno,
si el pollo fue feliz cuando vivió o no,
si es lo mejor comer pollo o no.

30/05/08

3.033.- Contradicción.

Y yo quisiera poder decirte
que tus ojos no ven estrellas,
sino una aparente realidad de cruces muertas.
Y que el mal que ha habido
no es cacofilia, si te place,
sino son cacocitos que abundan en tu cabeza.

Y yo quisiera poder decirte
que los colores de las cosas
son parte de la luz que las cosas desprecian.
Y que no ha habido
ni más ni menos que un momento en este momento,
ya que el tiempo no es variable dentro de ti
porque nunca lo verás detenido ni corriendo (es solo una mala perspectiva).

Y que si mueres
no esperes nada,
que debes resignarte a dejar de existir,
que te será sorpresivamente satisfactoria
la vida más allá de la muerte (si es que existiese),
y que vivirás más intensamente
sabiendo que luego ya no existirás.

Y yo quisiera poder decirte
que tú eres lo inverso de lo que eres,
que lo que en esta dimensión aborrecemos,
lo amamos en otra,
y que lo que en esta dimensión amamos,
lo aborrecemos, allá, más que a nada.

30/05/08