domingo, 30 de diciembre de 2012

5.021.- Sospecho que te quiero.

Te quiero. No te quiero. ¿Cómo saber si te quiero?
¿Cómo saber si siento? ¿Cómo saber si vivo?
¿Cómo saber si espero el débil suspiro de tu corazón?
¿Cómo saber si tu suspiro es para mí? Sospecho que te quiero.

Y el dudar y el no saber y el perder la conciencia misma
de si se es o no se es o se fue o no ha de haber sido.
Y esperar, querer que sea algo que quién sabe si vaya a ser.
Zozobra. Duda. Martirio. Aflicción. Tortura. Martirio. Duda. Zozobra.

¿Y si no me importara ya todo esto?
¿Y si no me importara si amas o no a este corazón
que te contempla e imagina todo un mundo contigo?
No puede ser así. Es que me importa seriamente, indefectiblemente.

Y entre querer saber y no querer saber si me quieres
y preguntarse si alguno o ambos o ninguno de los dos sabe querer,
supera toda esta divergencia, y locura infinita, un día a día,
un caminar al lado tuyo, un mirar de tus ojos y una sonrisa entre dos...

y, al final, ya no interesa si algo más, tan solo esto y ya.

30/12/12

miércoles, 26 de diciembre de 2012

5.020.- Desde este poco. Desde este todo.

Y es en tu mirada en donde encuentro mi mundo.
Es a partir de tus labios que el corazón existe.
Y es en tu rostro donde encuentro el reflejo de lo santo.
Es todo tu ser un milagro, una ficción, un sueño.

Y es de mis latidos de donde nace tal magia,
y es de tus latidos de donde nace tu magia.
Mil veces he dicho que prefiero tu mirada enamorada
a tu sonrisa seductora, tu dulzura a tu calidez.

Y es desde estas palabras, que aparecen de repente
y se van de repente si no se imprimen,
de donde nace mi rezo, mi poema encandilado
que atraviesa la estratósfera hasta llegar a tus sentidos.

Y es en este momento, en este instante, en esta milésima de segundo
que el élan vital se manifiesta y crea, a partir de un sentimiento,
otro universo millones de veces más grande que éste.
Y es por todo esto que definir lo que sucede es complicado.

26/12/12

5.019.- De nuestros caminos.

Irías a ser mucho más de lo que merecía,
pero no aún, aún no hallas esa pureza que crees tener.
Irías a ser mucho más de lo que imaginaba,
pero no aún, aún no encajas en este cuadro.

Lo sabes muy bien: te molesta que hable,
que diga ciertas cosas que pienso,
que te haga lucir como quien no sabe
y ni siquiera tiene noción de saber algo.

Pero aún eres joven. A tu edad no sabía de qué hablo ahora;
solo sabía que había algo más y aún no sabía qué podría ser.
Y, aún hoy, solo sospecho ese algo, pero camino hacia allá.
Y tú has andado bastante también, pero aún no sabes a dónde vas.

Y no diré que este camino que ando sea el que tú andas buscando.
No diré que recorres mis pasos; tan solo diré que crees que lo haces.
Pero tu camino es distinto, tu horizonte es distinto.
Y estás, sospecho, cerca de encontrar el desvío hacia donde realmente vas.

26/12/12

sábado, 22 de diciembre de 2012

5.018.- De entre ambos.

Y estando entre ambos (tú y mi otro yo),
esperando entre todos[ los desesperados],
imaginando el sueño de tenerte[ aquí, a mi lado],
me pregunto si la realidad será así...

Y ahora que no estás y estás,
ahora que solo existe tu recuerdo[ y mi melancolía],
es cuando pienso que jamás podré mirarte
nuevamente a los ojos[; tibios ojos, dulces ojos].

Y es un minuto entre miles este momento.
Y es aquel otro minuto uno entre miles también.
Y la suma de estos momentos son los miles sin ti.
Espero. No espero. Espero. Esperaré. Esperaré... Esperaré.

Solo mis sueños contigo son todo lo que tengo.
Solo quererte es todo lo que hago.
Manifestarte mi fantasía de permanencia lado a lado...
No lo entenderías, pero ello es todo: tú y mi yo real.

22/12/12

domingo, 16 de diciembre de 2012

5.017.- Desde un «adiós» hasta un «no sé», hasta un «no fue» y viceversa.

Solo quiero sentir la punta del dedo gordo,
la punta que no siento desde hace tiempo.
Algo así como tu corazón que, si late,
late en silencio y muy lejos.
Tan lejano que, si por ahí retumba,
mi corazón no será capaz de sentirlo.
Y ya el tuyo se ha ido
y yace el mío entumecido,
esperando un minuto de luz
de adentro.
Ya el mío yace y no despierta
adormilado, soñando, imposible.

¿Y si por un momento vuelvo a darme cuenta
de que respiro?
Me pregunto qué pasaría...
Tal vez desaparecería al envanecer mi ser;
tal vez te llamaría desde el respirar
por el corazón, por la distancia,
por la cercanía, por el saludo evitado,
por tu sonrisa tenue y leve
que yace dentro de mi corazón que también yace.

Los momentos insipientes
éstos.
Las agonías crepusculares de tus adioses
(aquellos que se repiten tantas veces
y tú ni siquiera sabes de éstos).
Los fenecidos recuerdos de un futuro
que no se hizo esperar y partió.
Las lánguidas reminiscencias de aquella tarde.
Los fulgurantes soles que acaecieron
y la luz que nació desde tu mirada.
Un presente.
Un pasado.
Un no futuro.
Un no presente.

Y así es.
Así despierta el alma de una fantasía evocada.
Y
ambicionada la dicha
de tener lo que no se tiene.
Y
menospreciada la dicha
de tener lo que se tiene.

Luego de tan poco y de no haber sido,
el eclipsado horizonte va mostrando la luz del sol

y la oscuridad vuelve a ocultarse

y se pierde de a pocos, quién sabe a dónde.
Y se va para volver otra vez
un día.

16/12/12

5.016.- Espasmos de locura.

Sed. Vacío. Aflicción. Zozobra.

Momentos inexpugnables
que gritan y se callan;
aquellos que avisan de algo
que no saben qué es;
aquellos que sienten, sospechan
que hay algo pronto.

Interrogatorios inconmensurables.
Andar por un cuestionario eterno
y creer que eso es vivir.

Sopesada poca calma
que hace falta inclusive.
Sospechada inconformidad.
Detestable duda perenne
que ingresa a la carne
y luego al nervio
para pasar al hueso
y hacer como que no se siente,
como que no es.

Espiral que nace de adentro,
que aparece en el estómago
y se va hacia ahí mismo.
Espiral que coge el todo
y lo ingresa y lo ingresa y lo ingresa
y lo ingresa.

Uñas mordisqueadas.
Incomodidad con cada paso.
Despertares imprevistos.
En suma, inexplicables sensaciones
de un porvenir que se va
y de un porvenir que aparecerá
y del no conocer ni el uno ni el otro

ni el cero.

16/12/12

lunes, 3 de diciembre de 2012

5.015.- Caminos divergentes.

No sé que fue de ti, de tus adioses.
Siempre andaba esperando una seña,
un lo-que-sea para poder existir a partir de entonces.
Siempre esperaba... siempre esperaba...

¿Qué pasó con tu luz?
No puedo saber si tu aura existe todavía.
¿Quién podría decirme si sigues soñando?
¿Quién, si aún crees aquello de mí?

Yo no sé si algún día te vuelva a ver.
Yo tal vez ya no esté aquí.
Tú tal vez ya no estés allá.
Pero, así estuviéramos, ninguno se animará a andar.

Y construiste un muro, yo construí otro muro,
alzamos muchos muros más y otros tantos largos caminos.
El encontrarnos es cada vez más utópico,
y es porque no nos volveremos a ver más; y es mejor así.

03/12/12