viernes, 19 de febrero de 2016

6.085.- La agonía de quererte.

Sucede que me gustas y sé muy poco de ser sincero.
A veces parezco desinteresado, distraído o aburrido,
pero siempre estoy pensándote y queriéndote demasiado.
Sucede que te quiero y sé muy poco de ser directo.

Siempre he querido ser una parte de tu destino.
Para mí es inevitable, es algo que estaba escrito;
para ti es solo algo carente de importancia.
Yo siempre he querido ser una parte de tu todo.

Solo quiero amar el soplo de vida que viene desde tu vida,
perderme entre tus días mientras respiro leve,
atragantarme de comer de un pedazo de tu carne
y desvanecerme en el infinito vacío de tu obviar.

Sucede que te amo, que te busco, pero temo,
que te anhelo, pero siento que no podría estar a tu costado,
abrir la boca y exclamarte este sentimiento que apretuja.
Sucede que muero por tenerte, pero temo serte inerte.

08/01/14
19/02/16
13/10/20

6.084.- Esto es nacer en ti cada vez que te pienso.

Pienso en nosotros y hallo la posibilidad de amarte,
de despertar contigo día tras día,
de respirar de ti minuto a minuto,
día a día, año a año, vida a vida.

¿Que qué es lo que me atrae de ti?
Me atrae la inocencia que despide tu mirada;
me atrae la magia que me abraza al verte sonreír;
me atrae el minuto exacto del saberte mi eternidad.

Tan solo respiro de tu nombre y nada más.
Adoro el teorema de tu mirada y la verbosidad de tu risa.
No quiero ser sino el testigo del respiro existente
que va desde tus labios y llega a los míos.

La atemporalidad de tu sonrisa...
Me agrada tenerte entre mis brazos;
un día no me voy a resistir y voy a aprisionarte
entre ellos y a no soltarte jamás.

Y es desde tu recuerdo que nace mi ternura;
y, de tus memorias que nace mi ilusión.
Y cuando te pienso, desde mi corazón encantado,
siento como si supieras cuándo estoy pensando en ti.

15/12/13
19/02/16

6.083.- Un minuto de silencio en honor a lo eterno.

Hay cavidades, en el tiempo, que hablan de eternidad;
son momentos solamente, pero dan la sensación de perpetuidad.
La tenue luz que bosqueja el alma, y describe fielmente el bienestar,
conlleva a que se disfrute del más somero respiro y calma.

La agotada prisa, ya ida y sin rezagos, dice «tal vez»;
la incertidumbre no es más que la oportunidad y el reto.
Y la parsimonia de lo bien amado se hace noble,
insufrible y aclamada, excelsa gloria de la paz.

La perspicuidad de cada palabra que me habla de mí,
la luz más alta en calma, el añoro del sentir
me hacen miembro del ocaso, el alba, la brisa, el sonreír;
y solo imagino un mundo lleno de tranquilidad y porvenir.

Es mi letargo allanado, perfumado, sincero y sabio.
Es la mayor de todas las emociones que rondan mi ser.
Es la comunión, la dicha, el escribir y el solo saber que se está vivo.
Es todo y no un absoluto; es mío y no me pertenece; es lo eterno.

19/02/16