domingo, 5 de septiembre de 2010

3.081.- Voluntad.

En ti creo; en ti confío; en ti, eterno entusiasmo.
Eres el motor de mi vida, el accionar de mis sueños,
la sin par alegría de mis momentos tristes.
Eres infinito, perpetuo, insondable y vasto.

Eres amplio como un cielo y fuerte como La Tierra.
Eres luz eterna que ilumina cada recoveco.
Eres imagen y reflejo, eres luz y oscuridad.
Eres ciento por ciento incomprensible y alegre de serlo.

Eres cuarenta mil lunas, voluntad, y cuarenta mil soles también.
Eres una estrella que aguarda en lo más lejano del universo.
Eres trazo y enmienda. Eres vuelo y caída.
Eres, por sobre todo, mi voluntad eterna.

A veces no te hablo. A veces no te miro.
A veces me sustraigo y me olvido y me tiro al abandono,
pero tú no finalizas, nunca te extingues, llama colosal;
siempre estás ahí, levantándome hasta el final (si es que existe un final).

Eres, por sobre todo, parte de mí y mi yo eterno. Por ti vivo.

05/09/10

3.080.- Comienzo de algo permanente.

Todo lo que existe tuvo un inicio.
Todo cuanto ha habido tuvo su final.
Hoy, en estas líneas, escribo un comienzo,
un comienzo de algo que no ha de morir.

Hoy, en cuanto escribo, aclaro y digo
que mi alma libre está muy feliz
de sentirse eterna y con ánimos llenos,
llenos de alegría, energía y amor.

Ya no quedarán lúgubres tormentos
de falsos e inciertos que no podrán ser.
Ahora solo sueño y vivo imposibles,
imposibles que de mí dependen ser reales.

Y, si algún día me siento muy triste,
me levantaré y pediré ayuda
y la encontraré (si no lo sabré)
y volveré a seguir y a luchar muy feliz.

05/09/10