jueves, 5 de abril de 2012

4.057.- Y la vi.

¿Y si te dijera que es de verdad y existe?
¿Y si te dijera que la he visto y me ha mirado?
¿Y si te dijera que por fin me he enamorado?
¿Y si te dijera que su rostro aún en mí persiste?

Su aura es tan dulce, viva, mágica.
Su mirada no puedo describirla:
debí morir mientras la miraba
o debí simplemente haber dejado este orden común.

Pero todas las piezas de mi rompecabezas
encajaron y mi corazón quedó lleno
y no atinó a decirme otra cosa,
mas que no había más por decir.

Entonces fue como si, de un soplo, el viento
me arrebatara de mi trayectoria horizontal
y me llevara hacia un espacio sin tiempo,
hacia un trayecto de por sí vertical.

Y entonces comprendí que no comprendía nada
y que no era necesario comprender nada,
que lo único importante era seguir
y no detenerse en el hermoso camino

de vivir con el amor por dentro,
brotando en cada instante con más significado
que el que pudiese comprenderse por razón alguna
por un pensar falto de este sentimiento y emoción que llevo dentro.

05/04/12