domingo, 19 de abril de 2020

7.071.- Sextina jaujina.

Más de dos mil años y siempre, Jauja,
permanece en este valle y azul cielo.
Se respira historia y fulgente dicha.
Se advierte en su clima un aire mayor.
Es tanta la riqueza de mi tierra
que yo solo sé qué tanto la quiero.

La infinita prosperidad, yo quiero,
para mi dilecta y apacible Jauja
llena de magia, garbo y rica tierra;
digna de beneplácitos del cielo,
portadora de un legado mayor
que la convierte en un sitio de dicha.

Y solo sé de sus calles de dicha,
de los goces y recuerdos que quiero,
de sus modos de cultura mayor,
de lo inconmensurable de ser jauja,
de existir en disputa con el cielo
por ser lo más bello en toda la Tierra.

De rajatablas y danzas es tierra
de jumera, galanura y gran dicha,
de sueños, declaraciones al cielo
de todo aquello hermoso que yo quiero,
de la nostalgia de volver a Jauja,
de los gozos y del amor mayor.

Valle de encantos y holgura mayor.
Profusa, orgullosa y bendita tierra.
Vale la pena decir «Esto es Jauja»
para aludir esplendidez y dicha,
ya que todo aquello que ansío y quiero
lo hago entre ríos, lagunas y cielo.

Ser jaujino es no temer ver el cielo
y hallar en él una herencia mayor,
recordar, desde un sentir, un «te quiero»
tácito, muy dentro, hacia nuestra tierra
perfumada de paz, festejo y dicha;
la gloria asentada en tierra, la jauja.

Cortaré un monte en Jauja bajo el cielo.
Loaré la dicha ufana y mayor
de ser de esta tierra que siempre quiero.

19/04/20