jueves, 26 de septiembre de 2013

5.066.- Desde saberte ausente y escasa.

Puede el mundo cambiar tanto y el paraíso estar ausente;
pueden mis ilusiones desvanecerse y volverse un vacío;
pueden los muchos días quitarme un poco de memoria cada vez,
pero nada podrá borrar el hecho de que te amo.

Porque es la ausencia la que te procrea y te hace mía y te hace ajena.
Los momentos compartidos son más que momentos, son algo eterno.
No quiero nada de la vida si la vida no te ofrece.
No necesito nada de la vida si la vida intenta excluirme de ti.

¿Qué puedo hacer para no extinguirme y permanecer? Dime.
¿Qué puedo hacer para poder ceñirme a la vida sosegada y calmada
que luce el esperarte entre el reloj de mi muñeca, los días de invierno,
el recuerdo de la magia de tu aura, y todo aquello sin desesperanzarme?

Te quiero: eso es todo.
Anhelo tenerte entre mis brazos y poder decirte lo que siento,
no volver a perder un minuto de los instantes a tu lado,
no volver a perderte, y fallecer en el acto, no volver a atenuarte.

26/09/13

domingo, 1 de septiembre de 2013

5.065.- Tu mirada.

¿Habría manera de retratarte en tan solo este instante
en el que miro tus ojos y aparto la mirada,
suspiro levemente y expectoro un hálito de amor,
encantado del encanto de unos ojos bajo la garúa?

Y se miraba, desde antes del momento indicado,
el cielo, las plantas, el agua y el efecto de la gravedad.
Y se miraba desde antes de tu momento,
del momento mágico, ese que está justo antes del milagro.

Y yo rezaba. Sí, rezaba por un segundo más de tus ojos,
por poder mirarte desde mi lúcido momento
en el que supuse que la eternidad sabía a esto,
en que lo estrellado y luminoso era esto frente a mí.

Y yo me alejaba inerte y sin quererlo,
pero tu mirada seguía clavada en mi pensamiento
como un mensaje previo a lo eterno...
¡había logrado retratar tu mirada en mi recuerdo!

24/06/13
01/09/13

5.064.- Es amor aquello que das.

No es amor lo que recibes, es amor lo que das.
No es un amor que hurtas o es un regalo hacia ti
lo que es preciado, lo que es valedero.
La entrega, el dar sin pensar en recibir es lo hermoso.

No son mañanas las que indican que el día acaba de empezar,
es esa mirada que nace de tus ojos un nuevo día,
una nueva suma de momentos vividos,
el día que nace desde tus ojos y anochece para tus sueños.

No es parte de mi misantropía la que se admira,
es lo que resta de mi filantropía aquello que agrada.
Son estupores de lamentos los momentos de tropiezos
que debieran ser breves, muy breves, casi inexistentes.

Si es el bien propio lo más preciado, deberíamos optar
por el bien común, que es sumarle bien al bien de los demás,
y de esta manera el bien ajeno que suma al bien común
incrementará nuestro alcance propio del bien, y, entonces, el bien se multiplicará.

20/05/13
01/09/13