lunes, 28 de junio de 2010

3.078.- Hoy.

Hoy sueño con toda la alegría del mundo;
sueño con los niños de dentro de cada una de las personas;
sueño con el abrazo y la ternura de cada ser vivo;
sueño con abrazar el mundo fuertemente ¡y no soltarlo jamás!

Hoy siento la ternura e inmensidad de Dios hablando desde mi corazón;
siento un profundo calor humano rodeando todo mi ser
a donde quiera que vaya, con quien sea que esté,
con cada ángel que ronde por ahí, con cada precioso hermano mío...

Hoy es un día nuevo, un día lleno de amor,
un día hito que señala el comienzo de una vida llena de fe,
llena de vigor y fuerza para construir ¡el mundo que soñé!,
¡el mundo que cada ser soñó!, ¡el mundo de nuestros corazones!

Hoy es hoy, y mañana será hoy también.
Hoy ¡viviré!, ¡soñaré!, ¡amaré!, ¡tendré a cada ser conmigo en mi camino!,
llevando mi vida hacia esa luz que nunca se apaga, y esa luz es Dios
que está en los corazones e ilusiones de todos. ¡Hoy vivo!

28/06/10

domingo, 27 de junio de 2010

3.077.- Agua.

Agua, te reconozco por ser fuente de vida,
por estar ahí tan calma y tan fuerte,
tan universal, tan luz,
tan oscuridad, tan brava,
tan quieta, tan ternura, tan amor, tan vida.

Agua, espíritu colosal que fluyes y te adaptas,
que eres ejemplo de cambio, de aceptación universal,
de soporte, de protección, de naturaleza,
de pasión, de reto, de sentimientos encontrados.

Agua, sensación familiar como de milenios,
espíritu renovado, libre, indomable
que riges cada ser, que alimentas cada ser,
que creas mares, hermosas nubes,
neblina tenue, opaca, sentida
y ríos bravos, mares inmensos.

Agua, mágica, llena de figuras sin forma,
bendición divina, azul perfecto,
transparencia adecuada,
fuente de alimento, alegría, vida.

Espejo natural, líquido perfecto,
materia universal, gracias por estar,
por ser, por dar, por vibrar, por apaciguarte,
por dejarte llevar, por llevarnos, por amarnos.

Agua, elixir de la vida.

27/06/10

martes, 1 de junio de 2010

3.076.- Soy feliz.

¡Soy feliz!

Soy feliz sinceramente
y tengo en mente
contagiar mi alegría
y, de algarabía,
¡llenar el planeta!

Y dibujar cometas
en estos corazones humanos
sedientos de aquellas manos
que crucificadas se elevaron
y desde lo alto nos bendijeron
y perdonaron nuestros errores
y actos atroces
que jamás quisimos cometer.

Y nos perdonó, así humanos,
sin hacernos prometer,
confiando en que sus manos
nos harían recapacitar,
y esta vida amar,
y no luchar,
y celebrar el vivir, el querer, el amar.

01/06/10