domingo, 20 de octubre de 2013

5.070.- Jamás olvidaré estar ausente.

Jamás olvidaré estar siempre ausente,
cautivo de mi intención misantrópica,
prisionero de este amor que no quiere romperse,
débil candidato de tu sueño, insólito agente inconcluso.

Jamás olvidaré no estar presente
cuando tus minutos convoquen a un silencio
y comiences a pensar en que estorba y estropea
mi cándida y torpe intención de amarte.

Jamás olvidaré serte carente,
no regalarte nada, ni una palabra ni un suspiro,
jamás otorgarte ningún título, no llamarte de ningún modo,
serte siempre una cercanía lejana, no serte nada real.

Jamás olvidaré que te tengo en mente.
Jamás podré olvidar que te siento presente
cuando miro el cielo y me pierdo y busco algo
y hallo una sonrisa, una mirada, nuestra vida entre las estrellas.

20/10/13

sábado, 19 de octubre de 2013

5.069.- Soy devoto de tu ser.

Estoy orando y no sé qué rezo.
Solo anhelo el dulce sabor de tus labios
(algo que no conozco y solo imagino,
la dulzura idónea de una fe que tengo).

Estoy mermando en mis ansias de quererte.
Te estimo pero no me obsesiona la idea de tenerte.
No quiero ser nada tuyo, quiero saberte toda mi luz
tan solo, mi eterna ilusión, mi perpetua devoción.

Eres una inspiración que no es fugaz y es eterna.
Es tu eternidad la que se hace mía, pero es tuya.
No sé si la manera de quererte sea la manera de buscarte;
solo sé que la manera en la que te quiero la siento inequívoca.

Tengo una fe. Tú eres mi fe. Eres mi sueño que no cuento,
la irrefutable idea de que pensarte es mi elixir de la eterna juventud,
lo que no puedo atenuar, aquello que es siempre
y aquello que no me importa ya si es correspondido, compartido, dual o convergente.

19/10/13

viernes, 11 de octubre de 2013

5.068.- Y no te quiero.

Y no te quiero.

Pero si te quisiese sería tácitamente
como si no te amase y no me gustases,
como si jamás fuese a decirte «te quiero»,
y dentro de mí una voz me gritase lo contrario.

Y no te quiero.

Debes saber que no te quiero, que no existen las noches
en las que no duermo porque pienso en ti,
que no existen mágicos momentos
en los cuales me alegra tu recuerdo.

Y no te quiero.

Cómo podría querer la magia de tus ojos,
la tenue voz tuya que genera ternura,
la sonrisa tuya que enamora,
tus tiernos momentos, la dulzura de compartir contigo.

Y no te quiero.

No te quiero. Jamás lo haré. Quererte
sería como ofrecerte cada uno de mis momentos,
como querer disfrutar de tu compañía y querer ser tu protector.
Sería como ahora con la diferencia de que te querría.

Y no te quiero.

No me odies porque creas que te quiero.
Sin embargo, suplica que no llegue a quererte
porque quizás, en el fondo, tan levemente en el fondo,
ya ande queriéndote.

11/10/13

jueves, 10 de octubre de 2013

5.067.- Luz de mi amor.

Luz de mis sueños, estás en mi mente como en mis suspiros.
Creo que encontrarte ha hecho de mí un ser enamorado.
Ojalá y el destino, si es que existe, contenga nuestros nombres
tan cerca y tan unidos entre sus días y entre sus siglos.

Luz de mis deseos, ojalá y el mañana sepa que yo te amo.
Ojalá que la gracia sobrehumana de tus ojos se pose en mí
y, a partir de ahí, podamos entre los dos decirle al mundo
que los milagros son algo cotidiano y real, comunes y sentidos.

Luz de mis días, no concibo otro adjetivo para ti más que el sustantivo «amor».
No imagino más ecosistema para ti que el de un valle, un sol,
aire fresco, pureza cercana y floreciente, amaneceres eternos,
ocasos lozanos y un columpio, tu mano y la mía, la eternidad naciendo.

Luz de mi vida, te sueño y te pienso. A cada instante te encuentro
entre el rumor de los días que parecen una búsqueda del otro
para hallarnos como anhelo y poder decirte lo que siento
y, sin embargo, llevo dentro y no es conocido, pero sí muy vivido.

10/10/13