sábado, 19 de octubre de 2013

5.069.- Soy devoto de tu ser.

Estoy orando y no sé qué rezo.
Solo anhelo el dulce sabor de tus labios
(algo que no conozco y solo imagino,
la dulzura idónea de una fe que tengo).

Estoy mermando en mis ansias de quererte.
Te estimo pero no me obsesiona la idea de tenerte.
No quiero ser nada tuyo, quiero saberte toda mi luz
tan solo, mi eterna ilusión, mi perpetua devoción.

Eres una inspiración que no es fugaz y es eterna.
Es tu eternidad la que se hace mía, pero es tuya.
No sé si la manera de quererte sea la manera de buscarte;
solo sé que la manera en la que te quiero la siento inequívoca.

Tengo una fe. Tú eres mi fe. Eres mi sueño que no cuento,
la irrefutable idea de que pensarte es mi elixir de la eterna juventud,
lo que no puedo atenuar, aquello que es siempre
y aquello que no me importa ya si es correspondido, compartido, dual o convergente.

19/10/13

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