domingo, 14 de noviembre de 2010

4.005.- Huachimán.

Como vespertino superhéroe,
que a veces suele ser celestino también,
avanza el huachimán tan despierto
y más vigilante que una lechuza.

Aquel del cual, su misión es vigilar,
cuidar y brindar seguridad,
ser un visor residencial o de oficinas
o de museos o de bancos; en fin, un visor.

Huachimán, velando por mantener
seguro un almacén o lo que sea,
imparcial, metódico, dedicado,
despierto, vigilante, atento y sagrado.

Hombre extraordinario, antídoto del robo,
personaje majestuoso de mi cultura,
irreemplazable símbolo de protección,
irreemplazable corazón noble y entregado.

13/11/10

viernes, 12 de noviembre de 2010

4.004.- Tibio perfume.

Alusión a un recordar perdido.
Perfecta armonía de canela y clavo de olor.
Insensato llamar de a lejos;
una voz que ya no chilla y no irrita.

Camino por esta calle recordando,
intentando recordar detalles,
redescubriendo secretos, imaginando mundos,
atenuando sinsabores, mordiendo excesos.

Su nombre... ¿cuál era su nombre?
¿Por qué no recuerdo ni como me iluminaba
el solo verla de lejos o sentirla en mi oído
susurrando algún secreto, tierno ahora?

Vacíos mentales. Perdidos sentimientos
que no se borrarán jamás, aunque crea que sí.
Calor solar tibio; perfume más tibio aún.
Color celestial, pardo, azul, tierno y suficiente.

11/11/10

jueves, 11 de noviembre de 2010

4.003.- La Combi.

«No me inspiras amor, cobrador».

Combi elemental de esta cultura,
cultura peculiarmente llamada: "Cultura Combi".
La combi no es más que un minibús
hecho a medida de nuestro propio desorden.

Combi, también llamada "combi asesina"
por los accidentes que causan, que son muestras
del desorden de esta cultura a la que pertenezco,
la que me identifica y motiva mi lucha por el orden.

Combi, donde encontramos a un importante personaje
de nuestros días, alguien que nos genera pasiones
y sentimientos encontrados: "El cobrador".
Personaje arquitecto del día a día y noche también.

Él tiene célebres frases: «Pague con sencillo»,
«Al fondo hay sitio», «Pie derecho, pie derecho»,
«Carro vacío», «Dos, dos, cuatro, chama (o rosa o custer)»,
«¿Nadies baja?», «Cinco, cinco, se va plancha'o» o «pisa, pisa».

Combi, inexpugnable símbolo que genera desarrollo
y a la vez subdesarrollo, nos frena con su desorden
que es fuente y alusión al defecto intergeneracional
que, finalmente, va desapareciendo, respeto a respeto.

11/11/10

4.002.- Catarsis sobre eternidad.

Eterno... eterno... eterno...
y más eterno; un eterno infinito.
Eternidad que viene con lo perenne
y se va con lo infinito,
que permanece y permanecerá
en la perpetuidad del universo.
Eternidad inextinguible.
Eternidad eterna.

Eterno, eterno, eterno, eterno,
eterno, eterno, eterno, eterno,
eterno, eterno, eterno, eterno,
eterno, eterno, eterno, eterno,
eterno, eterno, eterno, eterno,
eterno, eterno, eterno, eterno,
eternamente eterno.

Y, al fin,... eternidad,
eternamente eterna eternidad...

11/11/10

4.001.- Lima.

Grisáceo universo.
Ausente contraste entre cielo y tierra.
Vaivén desganado de insignes cometas extrañas.
Polvo lunar.

Avenida infinita.
Luces inconsumibles y tan lejanas; incontables.
Grito mecánico que ruge por ser el más bravo.
Travesía arbórea. Civilización atemporal.

Largamente incomprensible...

Océano que viene y que va;
tranquilidad escasa en la urbana orbe.
Garúa soñolienta. Arenal de hierro y de concreto.
Poco variable clima. Permanente tetricidad.

Y de pronto una sonrisa...

Síntesis humana del Perú,
de mi Perú, síntesis del mundo.
Manantial de esperanza, de fe en la humana humanidad,
de ojos abiertos al porvenir, al soñar y al hacer.

Metrópoli situada en tierra de dioses.
Ciudad cosmopolita que alberga a cada raza,
a cada pensamiento, a cada sonrisa, a cada corazón,
a cada sublime amor, a cada insigne cometa extraña.

Lima, ciudad eterna.

11/11/10