miércoles, 17 de noviembre de 2004

2.020.- Ana Liz.

Creo que la he encontrado.
Ella es perfecta.
Se parece mucho a mí,
y cuando estoy junto a ella
me siento tan feliz.
Soy capaz de muchas cosas
con tal de verla feliz;
soy capaz de ayudarla
a que el chico que a ella
le gusta se enamore de ella.
Al principio esto no me importaba
porque a él no le interesaba ella
y no me sentía tan mal,
pero cuando él me dijo
que había la posibilidad
de que estuviera con ella,
me sentí morir;
creo que no pude fingir
y él se dio cuenta
por más que le decía que qué bien
que fuese así.
De lo que me di cuenta
es de que, cuando ella me dice
que quiere estar con alguien
y mientras la vea feliz,
no me importa de quien se trate,
pero si alguien me dice
que quiere estar con ella
y yo sé que ella no sabe,
como que me duele un poco.
Pero este sentimiento no me debe importar
porque ella ya está enamorada;
además, no quiero perder
su amistad, es tan especial.
No me arriesgaría a confesarle
este sentimiento
porque la perdería.
Seguiré siendo su amigo
y ocultaré este sentimiento,
pero estaré al tanto de ella.
Mientras sea feliz,
yo seré feliz;
pero, si ella sufre,
haré lo imposible
por verla feliz.

17/11/04