jueves, 12 de febrero de 2009

3.058.- Analogías.

Senectud: gratitud.
Complejidad: maestría.
Arte: desafío.
Inmunidad: letargo.
Paquidermo: alado.
Convicción: poder.
Fuerza: materia.
Arquetipo: error.
Destierro: libertad.
Honor: vileza.
Auscultar: tristeza.
Digerir: sabiduría.
Enfado: lo siento.
Inmensidad: vacío.
Impulso: vida.
Historia: conocimiento.
Pulcritud: artificio.
Maquinaria: ingenio.
Amor: tiempo.
Tiempo: divinidad.
Dios: humanidad entera.
Humanidad: nada.
Sueños: ironía.
«...»: «¿?»

12/02/09

3.057.- ¿Mañana habrá tierra en el horizonte?

Hoy ha sido lo mismo que ayer: mar, mar y mar.
Hemos empezado a creer que prácticamente estamos muertos.
Ya no quedamos muchos de los que partimos
y todos hemos perdido la fe. No creemos en nada. Moriremos.

¿Y qué si alguien piensa en mí? No podría salvarme así.
¡Pero, al menos, salvaría mi recuerdo!
¿Y qué si no llego a hacer todo lo que me faltaba hacer?
No, sería muy triste no haber vivido lo suficiente.

La misma dieta: pescado y agua de lluvia.
Qué bueno que han habido varias tormentas y qué penoso a la vez.
Cada día es un castigo de Dios por habernos osado a cruzar el mar.
¿¡Quién si no tú, Dios, eres capaz de crear océanos y nosotros de cruzarlos!?

Hoy ha muerto el último que me acompañaba.
Ya no tengo ni con quien charlar; al menos tengo amigos que me esperan allá.
Y yo sigo naufragando... perdón, navegando.
Y no puedo evitar preguntarme: «¿mañana habrá tierra en el horizonte?».

12/02/09

3.056.- Mágica noche.

Esta noche, la Luna está tan bella, tan inmensa.
Tus pupilas han cogido soltura, levedad.
Tu rostro está tan tierno, tan azul, tan silente,
y tus labios tan púrpuras, casi sangrientos.

Han pasado los más bellos pensamientos por mi mente.
He adoptado una sonrisa tenue, etérea.
Te he mirado con un amor propio de un ser enamorado
y solo he atinado a decirte que estás muy bella.

Cielo despejado, lleno de unas cuántas estrellas.
La Luna, en el oeste, luce como una reina.
Por allá, luminosidades amarillas; por acá, un ambiente azulado.
Y el crujir de los árboles me ha hecho sentir algo extraño y muy tierno.

No me he querido perder ni un segundo de este hermoso paisaje:
el céfiro, la humedad, la Luna, las estrellas, el silencio, tú...
No he querido estar ajeno a tan sublime melodía:
me he acercado, te he mirado a los ojos, te he sonreído dulcemente y de pronto te besé...

12/02/09