jueves, 25 de agosto de 2011

4.032.- Y te volví a soñar.

Volví a soñar contigo.
Soñé con tu aura divina.
Soñé que andábamos juntos por la vida.
Soñé que me acompañabas en lo que hacía
y que mi vida nunca más sería vacía.

Soñé con tus ojos:
los vi mirarme y los miré enamorado
y ellos no me eran indiferentes,
más bien lucían tan bellos, tan genuinos
como si en ellos se encontrara todo.

Soñé que me sonreías y que éramos muy felices,
que caminábamos juntos
y vivíamos aventuras juntos,
comíamos juntos, buscábamos a alguien juntos,
y nunca fui tan pleno como en mi sueño.

Nos hacíamos bromas, jugueteábamos.
De pronto me aclaraste que no nos amaríamos,
pero pienso que te referías al amor triste
porque ya nos estábamos amando felices,
como amigos, como complementos, como destino,

como quienes no necesitan decir amor para amar,
como quienes saben que esto es lo buscado,
lo esperado, lo soñado, lo predestinado,
la marca con la que se ha nacido,
el camino que ha de ser recorrido.

24/08/11

miércoles, 24 de agosto de 2011

4.031.- ¿Cómo?

¿Cómo olvidarte
si cada vez que lo intento
te recuerdo aún más?

¿Cómo no soñarte
si a mi inconsciente no le interesa
lo que yo quiera soñar?

¿Cómo no sonreír al recordarte
si, aunque me hayas hecho sufrir,
mi corazón solo recuerda
nuestros momentos felices?

¿Cómo no creer que eres angelical
si todo esto me sucede solo contigo
y no puedo entender que seas mortal?

¿Cómo no recordar tus ojos mirándome tan atentos
si es todo en lo que pienso,
aunque te dijera que no me miraras así
(en realidad temía enamorarme más aún)?

¿Cómo no suspirar cuando pienso en que estás lejos
si me siento incompleto
sabiendo que no puedo estar junto a ti
ni ahora ni antes?

¿Cómo es que te quiero tanto?
No lo sé; pregúntaselo a mi corazón...

24/08/11

miércoles, 17 de agosto de 2011

4.030.- Con el corazón roto.

Ando con el corazón destrozado a todas partes.
Mucha gente me ve, conversa conmigo,
nos reímos de cualquier cosa;
pero nadie sospecha que tengo el corazón roto.

Puedo sonreír. Puedo hacer bromas,
hasta parecer feliz; pero tengo algo
que me estruja el corazón
y que al andar me duele.

Puedo hablar de cualquier cosa,
decir que existo y que todo anda bien;
pero por dentro solo yo sé
que me duele y que siento un hondo pesar.

¿Por qué suceden estas cosas?
¿Acaso estos sueños que tengo
demuestran que mi inconsciente
está equivocado o estoy obviando algo?

No lo sé. Lo único que afirmo
es que esta agonía me carcome
cada día un poco más
y, aunque me vea normal, sufro demasiado

en esta soledad, en este vacío,
en este mundo gris al que llamé
Mi-propio-mundo y hoy me alberga
y tranquiliza sin emociones

y solo con mucha melancolía...

16/08/11

4.029.- Agonía infinita.

¿De qué sirve quererte si tú no me quieres?
¿De qué sirve regalarte mi vida si no la quieres?
¿De qué sirve soñar contigo si en la realidad te alejas?
¿De qué sirve pensarte tanto si no es recíproco?

Hoy aún te sigo queriendo tanto,
pero no quiero sufrir más por tu abandono.
He concluido que quererte solo me hará daño
y que, quizás, debiera ser mejor olvidarte.

¡Pero no puedo!

Estás tan adentro mío que pensar en olvidarte
es totalmente una falacia.
Estás tan adentro que pensar en no pensarte
es una utopía imposible de realizar.

Ojalá te quisiera menos...
entonces, ¡no sería tan difícil!
Pero me muero cada vez que me ignoras
y vuelvo a nacer cada vez que plasmas una sonrisa.

Vivir, morir, morir, vivir...
es un eterno constante
que solo se explica con agonía,
la agonía de quererte y de que tú no me quieras...

12/08/11

jueves, 11 de agosto de 2011

4.028.- Me muero por ti.

Me estoy muriendo.
Me matas cada vez que te vas y no me dices adiós,
cada vez que te hablo y no me respondes.

¡Este sentimiento me está matando!

Me mata no poder decirte cuánto te quiero,
ocultar lo que siento
y fingir mi trato para no mostrarte mi amor,
este amor que me está matando
y que a veces siento va a estallar;
pero debo de ser fuerte
o te perdería finalmente.

Aunque, como estamos ahora,
no sé si ya te he perdido totalmente
y no pueda acercarme jamás a ti nuevamente.

Precisamente ahora, mientras escribo esto,
me dirijo a ti y te hago bromas,
mientras me quedo muriendo por dentro
y el pecho me aprieta fuertemente,
casi hasta hacerme desaparecer
por la presión que hay en él.

Por momentos me pongo a pensar
en que debo hacer lo que mi corazón mande,
y él me dice que te diga todo sin ocultarte nada,
que te busque y luche porque me ames,
pero no tengo idea de cómo hacerlo.

Jamás he luchado por amor,
quizás porque jamás estuve realmente enamorado.
Y ahora no sé qué hacer.
Me siento tan solo y gris.

Soy feliz de amarte,
pero soy infeliz de tenerte tan lejos.

Debo encontrar una solución
o vagaré erráticamente, sin un final,
sin algo que encontrar
ni un propósito por el cual vivir.
Todo aquello por lo que vivía antes de ti,
ahora no significa nada si no estás tú.

Lo siento; sé que quizás te asusto de algún modo,
que mi amor tal vez es monstruoso,
pero no puedo evitar sentirlo;
y, aunque enorme y desordenado,
no deja de ser noble y busca tu felicidad
más que la suya propia y es por eso que callo.

Pero ¿cómo saber si tu felicidad no soy yo?
Esta agonía duele y asesina tan lentamente.

Aún suelo pensar en, que si un día te encontrase muy feliz
al lado de alguien que te dé tanto amor como el mío,
estaría complacido y me alejaría
y dejaría de dolerme tanto,
pero ahora entiendo que no es así,
que realmente a mí me gustaría ser esa persona.

Y, cuando estás ausente o me ignoras,
mi mundo se hace trizas
y mi corazón late tan hondamente.

Ahora entiendo que a lo largo de mi vida
creí haber estado enamorado muchas veces,
pensé que era un enamoradizo; pero comprendo recién
que jamás lo había estado hasta ahora.

No sé a dónde me lleve todo esto;
ojalá a buen recaudo. No sé si seguir fingiendo
o decirte todo lo que siento
y arriesgarme a perderte para siempre,
si es que no te he perdido ya...

Muero si tú no estás;
vivo si estoy junto a ti.
Este amor me carcome entero
y ya solo pienso en ti.

¿Cuándo terminará?
¿Cuándo te dejaré de amar?
¿Te dejaré de amar algún día?
¿Qué hace falta para qué me ames?
¿Qué es aquello que no encaja en mi rompecabezas?

Corazón dulce, mirada celestial,
¿por qué tanto daño derramas
y me haces sufrirte hasta matarme?

Tengo tantas dudas que no sé si existo ya.
Y me vuelvo endeble, frágil, volátil, inexistente,
y desaparezco perdido en tu olvido,
pasando por todo y dejándolo atrás,
sin más y sin nada, triste y muriente...

No quiero pensar más.

11/08/11
12/08/11

4.027.- El dolor de quererte.

Tengo un dolor en el corazón
que me carcome de a pocos
y me ahoga la razón.

Nunca quise estar enamorado así;
solo quería amar y ser feliz,
y ahora me duele lo que vi...

Y yo que creí que podía ser indiferente,
olvidar fácilmente porque había sido una ilusión,
y hoy me doy cuenta de que estoy enamorado realmente
y de que, diga lo que diga, te llevo bien adentro, en mi corazón.

Sería más fácil si te amara menos.
Sería fácil si no fueses tan especial.
Sería mejor si no tuviese esos sueños
y serían menos dolorosas las sospechas
de que alguien más habita tu corazón
y de que a mí, de él, simplemente me echas.

Aunque lo único que quiero es que seas feliz,
no importa si conmigo o sin mí;
pero tampoco quiero verme sufrir
recordando tu afecto y pensando que lo confundí.

Pero, princesa, en alguna otra vida
me gustaría encontrarte antes,
antes de que tu alma y mi alma sean heridas.

Y hacerte conocer lo que es el amor
y hacerte conocer lo que es la felicidad:
tú sin tu desesperanza y yo sin mi temor.

11/08/11

sábado, 6 de agosto de 2011

4.026.- Metamorfosis I.

Puedo escribir mil teorías sobre lo que sientes.
Puedo acertar o estar equivocado, ello no importa;
lo que importa es que sé de una verdad absoluta
y ella es... que me enamoré de ti.

Probablemente no creas que pueda amarte así tan pronto,
pero acéptalo: yo sí sé amarte hasta el fin.
Probablemente hayas tenido miedo de romperme el corazón;
eso ya sucedió, me lo has roto ya dos veces.

¡Nada de eso importa!
¡Lo único que me importa es lo que yo siento por ti!
No puedo confiar en tus palabras
porque tengo la certeza de no estar oyendo a tu corazón.

Lo acepto, cuando hay sentimientos tan poderosos como éste
dentro de mi corazón, se me hace muy difícil razonar,
lo entrego todo y con ello pierdo mucho,
lo expreso todo y con ello quedo tan indefenso.

Pero no me resignaré a perderte
porque yo le tengo fe a este sentimiento
y a las casualidades que me hicieron encontrarte,
y estas casualidades conspirarán a mi favor; ya lo sé...

06/08/11

miércoles, 3 de agosto de 2011

4.025.- Eres mi bendición.

Eres tan bella como el más hermoso sueño.
Tus ojos me pierden en una ilusión sin final
y de tu sonrisa obtengo la alegría
y de tus labios las más sublimes fantasías.

Eres un ser divino que habita en mi corazón
y llena mi alma de una ternura infinita,]
que me envuelve en una candidez de ensueño
en la que he aprendido a volar, y solo por ti.

Tibio, dulce, bravo, entrañable, excelso sentimiento
que me ahoga en pensamientos maravillosos y me guía
hacia el más hermoso sueño, que es estar a tu lado
por toda la inmensidad sin tiempo ni espacio.

¿Cómo es que te encontré?
Quizás Dios me dio ese regalo
recompensándome por una vida llena de desamor
y corazones vacíos e ilusiones rotas y sueños grises.

Quizás, al yo haber nacido y haber Él visto mi destino,
supo que eras tú quien me robaría el sueño
y con quien cambiaría mi sino y te trajo al mundo
para encontrarnos y amarnos hasta el fin.

Solo quiero agradecerle a Dios
el que me haya regalado un poco de su luz
y me haya hecho tan feliz al marcarme con tu existencia
y hacerme descubrir este sentimiento

a veces intenso, a veces dubitativo,
a veces hilarante, a veces creyente,
a veces divino, a veces tonto,
a veces orate, a veces amor, a veces destino.

Dios me ha bendecido y estoy muy agradecido
por ti, dulce sueño, magia real, corazón puro,
fastuoso angelito que me da la vida o me la quita
con su alegría o con su ausencia.

03/08/11

martes, 2 de agosto de 2011

4.024.- De bendiciones y ángeles.

Les cuento que he vivido un precioso momento
en el que supe de palabras de un ser divino
que fui bendecido con su cariño bendito
y que me dio cobijo en su cálido corazón.

Se lo dije, yo sin mucha esperanza,
aunque debo admitir que jamás dejé de creer
en algún día hallarla así: tan dulce, tan angelical, tan ella;
y antes jamás supuse que cambiaría tanto en mí.

Hoy soy un hombre feliz, bendecido
que siente ante todo cariño, paz y una fe insondable;
después de todo la he visto y me ha mirado
y hoy no sé ¡cómo no creer en Dios!

Pienso tanto en ella que he llegado a soñarla;
sueño tanto con ella que hoy está junto a mí;
estaré tanto a su lado, de tal manera,
que un buen día ¡no nos separaremos nunca más!

28/07/11
02/08/11