martes, 2 de agosto de 2011

4.024.- De bendiciones y ángeles.

Les cuento que he vivido un precioso momento
en el que supe de palabras de un ser divino
que fui bendecido con su cariño bendito
y que me dio cobijo en su cálido corazón.

Se lo dije, yo sin mucha esperanza,
aunque debo admitir que jamás dejé de creer
en algún día hallarla así: tan dulce, tan angelical, tan ella;
y antes jamás supuse que cambiaría tanto en mí.

Hoy soy un hombre feliz, bendecido
que siente ante todo cariño, paz y una fe insondable;
después de todo la he visto y me ha mirado
y hoy no sé ¡cómo no creer en Dios!

Pienso tanto en ella que he llegado a soñarla;
sueño tanto con ella que hoy está junto a mí;
estaré tanto a su lado, de tal manera,
que un buen día ¡no nos separaremos nunca más!

28/07/11
02/08/11

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