Danytza, eres una luz que permanentemente
brilla en mi corazón.
Eras una fantasía, una ilusión, una visión
y hoy eres la chica de mis sueños, de mi presente.
Danytza, desde lo más sentido del alma,
desde donde nacen mis sentimientos,
se me aparece tu imagen cíclicamente
y me lleva a un desvarío, a un sin saber total.
Danytza, tu sonrisa me ilumina,
me eleva y me bendice;
me hace soñar en un mundo ideal,
en una utopía llena de felicidad.
Y tus ojos... esos ojos que al verlos
crean las más sublimes fantasías
y me llevan de este universo a otro
y me traen de regreso y me vuelven a llevar.
Y tus labios...
¡yo no sé que daría por un beso de esos labios!,
por sentir tu alma junto a la mía a partir de tus labios,
por perderme en esa locura de besador enamorado,
por soñar que este mundo y sus casualidades
nos deparan un destino juntos,
por creer que al fin te encontré.
29/04/11
sábado, 30 de abril de 2011
martes, 5 de abril de 2011
4.007.- ¿Sonámbulo o despierto?
En un soplo nací, viví, morí.
Dentro del soplo hubo un beso
en donde desperté y supe que existía.
Y con un adiós morí en vida,
y quedé inconsciente otra vez
hasta que vi una mano tendida.
Entonces, volví a despertar,
encontré respuestas a preguntas
conocidas pero jamás formuladas.
Anduve por un tiempo
descubriendo universos
debajo de cada piedra.
Y de repente me sentí solo...
Entonces me recordé sonámbulo
y comprendí a la soledad.
Caminé meditabundo hasta que me detuve,
miré hacia atrás, sonreí,
regresé en mí y empecé a correr.
Jamás me volví a sentir solo.
Me mantuve despierto ya siempre,
y olvidé que nada había entendido.
Finalmente, encontré una mirada
perdida, como la que tuve,
y me di cuenta que yo ya no la tenía.
Me acerqué, le sonreí y dulcemente
le dije que la vida esperaba dentro
y la invité a correr...
04/04/11
Dentro del soplo hubo un beso
en donde desperté y supe que existía.
Y con un adiós morí en vida,
y quedé inconsciente otra vez
hasta que vi una mano tendida.
Entonces, volví a despertar,
encontré respuestas a preguntas
conocidas pero jamás formuladas.
Anduve por un tiempo
descubriendo universos
debajo de cada piedra.
Y de repente me sentí solo...
Entonces me recordé sonámbulo
y comprendí a la soledad.
Caminé meditabundo hasta que me detuve,
miré hacia atrás, sonreí,
regresé en mí y empecé a correr.
Jamás me volví a sentir solo.
Me mantuve despierto ya siempre,
y olvidé que nada había entendido.
Finalmente, encontré una mirada
perdida, como la que tuve,
y me di cuenta que yo ya no la tenía.
Me acerqué, le sonreí y dulcemente
le dije que la vida esperaba dentro
y la invité a correr...
04/04/11
Suscribirse a:
Entradas (Atom)