En un soplo nací, viví, morí.
Dentro del soplo hubo un beso
en donde desperté y supe que existía.
Y con un adiós morí en vida,
y quedé inconsciente otra vez
hasta que vi una mano tendida.
Entonces, volví a despertar,
encontré respuestas a preguntas
conocidas pero jamás formuladas.
Anduve por un tiempo
descubriendo universos
debajo de cada piedra.
Y de repente me sentí solo...
Entonces me recordé sonámbulo
y comprendí a la soledad.
Caminé meditabundo hasta que me detuve,
miré hacia atrás, sonreí,
regresé en mí y empecé a correr.
Jamás me volví a sentir solo.
Me mantuve despierto ya siempre,
y olvidé que nada había entendido.
Finalmente, encontré una mirada
perdida, como la que tuve,
y me di cuenta que yo ya no la tenía.
Me acerqué, le sonreí y dulcemente
le dije que la vida esperaba dentro
y la invité a correr...
04/04/11
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