sábado, 23 de abril de 2005

2.044.- Comprendo lo que fue.

Veo tus ojos y entiendo
por qué tu mirar
es merecedor de elogios
de hombres y dioses.

Veo tu sonrisa y entiendo
por qué, cuando sonríes,
el mundo se llena
de una felicidad eterna.

Veo tu rostro
y solo yo sé
por qué me cautivaste:
tal vez tu sonrisa,
tal vez tu mirada.

Pero, haya sido lo que fuese,
estás clavada en mi corazón
y en mis pensamientos
y siento amarte con locura.

El amor nace en una mirada,
en unos gestos, en unas palabras,
habita el corazón
y muere dentro de él

y quedan los restos
que se disuelven
y se unen luego
para formar otro amor.

Mis restos ya descansan
para siempre;
obtuvieron impurezas
que hacen que él no se disuelva.

Mi amor no volverá a nacer.

23/04/05