sábado, 29 de diciembre de 2007

2.097.- Tiempo.

Largo segundero, aún más largo minutero;
largos sus saltos; lentos sus movimientos.
Tiempo cansado que ya no puede correr;
tiempo envejecido, añejo e incapaz.

Tictacteos aburridos, perezosos, desganados,
destinados a detenerse, a terminarse en algún momento,
a extinguirse junto al tiempo,
al melindroso tiempo; tiempo que cojea y se extingue.

Y mi vida debiera hacerse acaso más larga,
pero se acorta solamente y se hace menos y también se extingue
y ni siquiera vivo vívida-mente mi vida,
tan solo pasa aburrida, perezosa, desganada como un tictacteo.

Y me desvirtúo, me deshago, me encojo, casi muero.
Y no puedo contar ya una hora, ni siquiera un minuto entero.
Pierdo los estribos y luego pierdo el vigor
y caigo aplastado como un reloj de Dalí.

28/12/07

2.096.- Ella.

Y creo que esta vez la volví a perder:
ya no era la misma, pero era ella.
La perdí, creo que la he perdido;
la he perdido nuevamente, pero nunca fue mía.

Dejé de verla quién sabe por qué;
quién sabe si era ella, si era la que esperaba,
por la que no duermo temprano desde hace tiempo,
por la que suspiro de vez en cuando y casi sin notarlo.

Yo no quería dejar de verla; yo quiero volver a ella,
quiero verla nuevamente tan hermosa como es,
sentir que no la he perdido y que puedo tenerla,
sentir que las horas pasan como segundos, segundos eternos.

Quiero averiguar, a fondo y sin suposiciones,
si es ella o no lo es; pero siempre es alguna; ahora es ella, ¿pero es ella al final?
Quiero saber si soy yo para ella o si ella no tiene a ningún yo en mente.
Quiero que sea ella, sueño con que sea ella y con que pueda volverla a ver.

28/12/07

viernes, 28 de diciembre de 2007

2.095.- Entre dormir, despertar y dormir.

Voces que se repiten interminable-mente y a alta frecuencia.
Sensación de cuerpos inmateriales que atraviesan en mí.
Extraña liviandad que parece llevarme a alguna parte.
Temor por no querer descubrir que hay más allá.

No puedo dormir relajadamente, como se debe,
porque inmediatamente empiezo a desvanecerme;
me vuelvo más espiritual, más sensitivo,
más liviano, menos humano o quizá aún más.

Fantasmas, seres extraterrestres, seres malignos o seres de luz;
no sé quiénes sean; no sé qué se propongan.
Solo sé que tengo miedo; miedo de llegar hasta allí
y más miedo aun de no volver en mí.

Quizá solo sea yo o quizá todos seamos así;
pero es algo tan extraordinario que tengo un miedo puro;
un miedo como a ningún otro suceso o ser;
miedo que quizá deba romper y quizá morir o vivir en otro lugar o en otro tiempo.

28/12/07

2.094.- Después de todo, es imposible olvidarte.

Sé que te prometí que no volvería a amar
y también sé que tú no estuviste de acuerdo;
es por eso que ahora te daré el gusto y romperé mi promesa
y dejaré de amarte; es decir, de atarme.

No sé qué deba hacer para comenzar a terminar
con esta privación, con esta soledad,
con este fastidio sofocante, indomable,
que ya no quiero sentir más, nunca más.

Quizá sea que ya me haya acostumbrado
porque no puedo zafarme tan fácilmente.
Yo quisiera abrir mi corazón tanto que quizá me duela,
y quizá me duela también, mucho más, cuando me lo vuelvan a romper.

Así me hieran o así me amen o así me extrañen y yo no sepa,
quiero amar o al menos no negarme a amar
tan vehementemente y con tanto fuego
como cuando contigo preciosa amada antigua.

28/12/07

miércoles, 19 de diciembre de 2007

2.093.- Desorden.

Millones de papeles tirados en el suelo.
Lámpara que solo alumbra una parte de mi cuarto.
Sábanas revueltas, desordenadas, hechas un caos,
un caos como mi vida, mis soledades, mis pensamientos.

Siendo un hombre lleno de caos, aún se puede vivir;
pensando aleatoria-mente, aún se puede pensar;
sintiendo cosas que no van, aún se puede sentir;
haciendo cosas que no son, aún se puede hacer.

Matar inocentes, salvar culpables no es tener caos, es tener equívocos;
yo tan solo soy caótico por dentro, cuerdo por fuera.
Soy tinta indeleble en mis acciones, tinta deleble en mis emociones.
Soy un ser lleno de distorsión: cosas que no están, pero están; se van, pero se quedan.

Soy un ser aborrecible; un ser que no debería ser medido como los demás;
un ser que tan solo quiere vivir y se emociona y se enreda;
un ser de los que ya no quedan, o quizá de los que van en aumento;
un ser extraño, aún más extraño para mí, para mí que soy mucho más extraño aún y así.

18/12/07

2.092.- Eternidad.

–Existo, luego existo –solía yo decir.
Pero, si ya existo antes de existir,
¿cómo es que existí la primera vez?
No se puede ingresar en algo que no crees en verdad.

Quizá es que haya existido desde siempre, sin inicio.
Quizá sea un ser eterno olvidado por los finales
y que haya vivido tanto y tantas, tantas veces
que ya ni recuerde qué fueron ni cómo pasaron mis vidas anteriores.

Asomándome hacia dentro, echándome un vistazo,
averiguando en mi inconsciente, destripándolo vivo,
logro ver algo, algo muy pequeño y no sé que es,
pero parece ser un registro de sucesos de mis vidas anteriores.

No logro ver nada claro. No logro encontrar el inicio.
No puedo decir a ciencia cierta si ese pedazo soy yo o algún otro;
solo sé que esos sentimientos sí los he sentido,
pero que esos pensamientos nunca jamás se me habían ocurrido.

18/12/07

martes, 18 de diciembre de 2007

2.091.- A todas, a las más.

Y yo que pensé que seríamos una buena historia.
Yo que creí que tu alma y mi alma estaban conectadas.
Yo que imaginé que tu vida sería para siempre mía.
Y yo que soñé a cada instante con tu vida y tu alegría.

Y luego, contigo, también volví a soñar como con ella,
solo que contigo nada me impedía el sentir placer con tus labios
y mi noche inmensa imaginarla inmensa contigo
y mis turbios deseos solo desearlos sin sentir culpa alguna.

Y después fuiste, tú, la dulzura hecha una mujer,
la más fantástica muestra de inocencia y de ternura,
lo más sentido en este corazón que ya estaba roído,
y con una voz que me hacía sentir que soñaba despierto.

Siguiente a ti solo hubieron otras, otras cuantas no muchas,
que en muchos casos exaltaron un poco mi corazón
y lograron por un momento hacerme sentir lo que tú o las otras,
pero nunca igualaron tal magnitud y nunca igualaron tal frenesí.

18/12/07

2.090.- Calor.

Calderas industriales. Hornos metalúrgicos.
Des-abanicado aire; sopor que consume, asfixia.
Incubadoras ardientes. Hierro líquido.
Soles calentados en centros de galaxias.

Bosques que se incendian de la nada.
Lagos que se evaporan y se secan enteramente.
Animales que mueren sofocados y pasibles.
Gotas de sudor que ya no refrescan.

Infiernos calentados que achicharran y devoran.
Alejamiento de razón, de juicio, de calma;
desesperación y a la vez impavidez, ofuscación.
Y tan solo me queda nada: todo se derrite.

Mis memorias se esfumaron; mis palabras se evaporaron.
Mi frescura helada, tranquila, ya calcinada.
Mis noches de sereno; ahora noches de tormento.
Y mi tibieza por dentro; ya una febril fogata.

18/12/07

viernes, 14 de diciembre de 2007

2.089.- Sobre la injusticia de la muerte.

Y hoy que estoy tan muerto, tan insensible,
que no he podido concebir el por qué no puedo ser
o simplemente creer que soy un ser especial, un ser adorable;
y solo y confundido lo he pensado y no lo he entendido.

Hoy que puedo gritar, robarme los corazones de alguien,
quien sea, quien quiera, quien tenga uno siquiera,
quien pueda comprenderme o, tan solo, quien pueda desvanecerse
fácilmente y con solo mi mirada de rayos alfa.

Músicas atroces. Cegadas confusiones. Mártires estúpidos.
Joyas del tiempo que no son más que imitaciones.
Y mi soledad tan muerta e insensible como la de aquellos,
aquellos que nunca supieron si realmente eran quienes merecían ser.

Y los otros: falsedades de mundos cegados, atarantados,
ídolos de cultos de gente inculta, gente mediocre,
patéticas muestras de la vil y triste realidad de mi especie
y con los malos buenos olvidados, grises, decepcionados.

14/12/07

jueves, 6 de diciembre de 2007

2.088.- En un mágico sueño, descansa por allá.

Tan callado y tan quieto. Tan paciente y tan parco.
Tan silente y tan distante. Tan en espera y tan doliente.
Tan él, pero tan sin él; es él, pero no lo es.
Estuvo aquí; hoy ya no está; está en mejor lugar.

Mejor lugar que esta vida tan fastuosa, llena de gozos y alegrías,
mejor lugar que esta realidad: solo la muerte, solo la muerte.
Y siempre pediremos que su alma la disfrute
tanto como nosotros intentaremos disfrutar esta vida.

Y la verdad no sé si el muerto es él o soy yo
o si lo somos los dos o si no lo es ninguno
o si somos los únicos vivos en este silencioso universo
o si él es yo en otro tiempo y en otro espacio y yo soy él en otro espacio y en otro tiempo.

Perfilados mis sentimientos de tal manera que no se cohíban;
solo déjense llevar, permítanse llevar, permítanme llorar.
No sé si mis manos leprosas serán mías aún o si mañana cuando despierte
me encontraré en otra realidad sin entender por qué los demás lloran por mí si yo estoy tan feliz, libre al fin.

05/12/07

2.087.- Hasta siempre, amigo.

Llego a ver lo que no quería ver jamás.
Llego a sentir esas cosas tan extrañas, pero que antes ya las había sentido.
Y llego a comprender que no podría comprender ni en mil años
que todo este juego (que no sé a qué va) tenga algún sentido (que no sé cuál sea).

Me pongo a pensar; trato de obtener esa tranquilidad de espíritu;
pero como si hubiese un caos dentro de mí,
como si estuviese el tiempo perpendicular al espacio (espacio eterno y tiempo cero),
desespero y me gustaría verle de nuevo aunque solo sea para sonreírle.

Y yo tan olvidado, tan olvidándome, en tanta penumbra, tan apagado.
Y él quizá mereciendo mi aún existente vida y yo la suya acabada.
Y yo conversando con quien sea (con nadie) de lo que sea (de lo que se pueda)
y tratando de consolarme con cualquier frase mundana y vacía aunque sea.

Y el pobre durmiendo, soñando cosas demasiado maravillosas,
cosas que no puede soñar una persona común, una persona vacía
(solo cuerpo y no espíritu), cosas tan supremas que no tienen entendimiento humano,
cosas que sueña un espíritu ya sin cuerpo, un espíritu libre de vida ya.

Hasta siempre, Paulo.

05/12/07

miércoles, 5 de diciembre de 2007

2.086.- La negación de aceptarlo.

Por qué lo tengo que sufrir si tan solo soy un ser humano,
si tan solo me dedico a llevar una vida calma, perpetua, soñolienta,
una vida de la cual nadie tiene que pedir retribuciones.
Un tonto aciago que deambula por la vida; ése soy yo.

Por qué le tengo que sufrir si tan solo soy un pobre infeliz,
si a mis súplicas aunque Dios haga caso, los hombres no,
si mi desdicha, aunque creciente, es llevadera aún,
si mis lamentos a ninguno alcanzan a perturbar.

Y hoy tan solo, tan culpable, tan torpe y con tanto auto-desdén,
hoy que la he vuelto a ver y yo ya no quería,
hoy que encuentro que las respuestas de mi eterno cuestionario
fueron las primeras que se aparecieron entonces, hace mucho ya.

Y hoy, también, que me siento encadenado, que algunas palabras desaparecen,
que mi tortura es cada vez más grande y desconsoladora,
que mis huesos putrefactos se corroen cada día más,
degradándose a causa de esta eterna culpa, culpa infundada, pero culpa finalmente.

05/12/07

domingo, 2 de diciembre de 2007

2.085.- ¡Con altos parámetros!

He querido pensar en que nada tiene ya oportunidad,
en que todo está perdido, en que cada uno está perdido
y que todos vagabundearán y vagabundearán
y yo tan solo con no ser tan vagabundo seré el mejor.

He intentado creerme esta estupidez; aún más, he intentado realizarla.
En verdad, ¡qué estupidez! Cada uno siempre anda comparándose con alguien mejor
y yo no seré lobo que bala, el triste hombre con complejo de animal.
Lanzaré un aullido, el más fiero, y demostraré que puedo ser el mejor.

Demostraré que no, por haber estado esperando no sé qué,
morir tal vez o un hada madrina que con su varita mágica lo cambie todo,
soy un fulano, fulanito, menganito, zutanito cualquiera;
les demostraré que nadie como yo es capaz de ser y de hacer.

Ya todos callarán, ni siquiera podrán entenderlo.
Será tan luminosa mi luz que todos enceguecerán
y no les quedará más que envidiarme y admirarme.
Seré un ídolo para tantos ídolos míos ahora.

01/12/07

2.084.- ¡A levantarse!

El universo está posicionado de tal manera que me favorece:
todo asequible, todo en buenos términos;
sin embargo, tirado a la bartola, mi espíritu se mece
y no me queda más que clamar por una oportunidad.

Dios, desde mañana comenzaré, hoy ya es muy tarde;
me esforzaré, haré, me animaré y, si es necesario, fingiré vigor.
Todo tengo que hacerlo. Adiós mediocridad tan tibiecita.
Desde mañana daré todo lo qué esté a mi alcance y lo que no también.

No me importa si empiezo a hablar y a decir tontería y media,
lo que me importa es que opinaré y mejoraré cada vez.
Haré, siempre haré. Prefiero lamentarme por lo que hice que por lo que no hice,
ser un actor a ser un espectador; adiós tranquilidad de butaca.

Todo este universo trabaja a mi favor, no lo decepcionaré;
que tenga por seguro que daré mi mejor esfuerzo.
Claro que me importa la gloria, pero, si no la consigo,
quiero al menos que mi conciencia no tenga qué reclamarme.

01/12/07