viernes, 28 de diciembre de 2007

2.094.- Después de todo, es imposible olvidarte.

Sé que te prometí que no volvería a amar
y también sé que tú no estuviste de acuerdo;
es por eso que ahora te daré el gusto y romperé mi promesa
y dejaré de amarte; es decir, de atarme.

No sé qué deba hacer para comenzar a terminar
con esta privación, con esta soledad,
con este fastidio sofocante, indomable,
que ya no quiero sentir más, nunca más.

Quizá sea que ya me haya acostumbrado
porque no puedo zafarme tan fácilmente.
Yo quisiera abrir mi corazón tanto que quizá me duela,
y quizá me duela también, mucho más, cuando me lo vuelvan a romper.

Así me hieran o así me amen o así me extrañen y yo no sepa,
quiero amar o al menos no negarme a amar
tan vehementemente y con tanto fuego
como cuando contigo preciosa amada antigua.

28/12/07

No hay comentarios:

Publicar un comentario