jueves, 26 de septiembre de 2013

5.066.- Desde saberte ausente y escasa.

Puede el mundo cambiar tanto y el paraíso estar ausente;
pueden mis ilusiones desvanecerse y volverse un vacío;
pueden los muchos días quitarme un poco de memoria cada vez,
pero nada podrá borrar el hecho de que te amo.

Porque es la ausencia la que te procrea y te hace mía y te hace ajena.
Los momentos compartidos son más que momentos, son algo eterno.
No quiero nada de la vida si la vida no te ofrece.
No necesito nada de la vida si la vida intenta excluirme de ti.

¿Qué puedo hacer para no extinguirme y permanecer? Dime.
¿Qué puedo hacer para poder ceñirme a la vida sosegada y calmada
que luce el esperarte entre el reloj de mi muñeca, los días de invierno,
el recuerdo de la magia de tu aura, y todo aquello sin desesperanzarme?

Te quiero: eso es todo.
Anhelo tenerte entre mis brazos y poder decirte lo que siento,
no volver a perder un minuto de los instantes a tu lado,
no volver a perderte, y fallecer en el acto, no volver a atenuarte.

26/09/13

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