viernes, 23 de noviembre de 2007

2.078.- Adiós.

Mírame, que quiero que me veas.
Suéñame en la ambigüedad de tus sueños.
Perdóname, te he mentido tantas veces y tan gravemente.
Olvídame, ya no soy necesario en tu liberación personal.

Persisten en mí todas estas cosas: manías locas de orate.
Veintiún veces cien, cien veces veintiuno.
Ochenta mil tristes razones, cuarenta mil sucias lágrimas.
Infinitas veces los adioses de las otras. Infinitas veces infinito.

Ya puedes irte. Desde ahora sería solo una piedra en tu zapato,
un espinal en tu camino, un estorbo en tu felicidad.
Déjame y vete que no me haces daño porque serás un número más en mi cuenta,
un recuerdo que viene y que se va y que olvida cómo venir de nuevo.

Porque persisten en mí todas esas manías locas de orate,
esos novecientos mil sin sabores de desgraciado,
esas felicidades fugaces de tipo borrascoso, bohemio,
y hoy llamaradas de alguna otra con tu recuerdo perdido hace mucho ya.

22/11/07

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