Hoy he navegado por internet
y al iniciar encontré tu web;
me dije: "¿Por qué nunca respondiste a mis e-mails?"
Y vi que hace tiempo que no estabas en red.
Más tarde me puse a pensar:
"¿Cuál fue el motivo de su ciber-desaparición?"
Y no encontré respuesta alguna;
entonces, me dije: "La llamaré a su celular."
Intenté hablar contigo;
marqué tu número muchas veces;
sentí que realmente habías desaparecido;
entonces, desesperé y fui a tu casa a buscarte.
Por suerte, al tocar, tu madre me atendió;
entonces, apacigüé mi curiosidad
y supe al fin lo que te sucedió
y luego ella me llevó hacia donde tú estabas.
Te vi allí enferma, postrada en la cama;
no entrabas a navegar por la red
porque te cortaron el servicio de internet;
y te quedaste abandonada, enferma y abandonada.
Tampoco respondías a mis foneadas
porque tu batería estaba descargada
y el cargador se te había malogrado;
entonces, pensé: "¡Qué solos estamos sin la tecnología!"
15/11/07
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