jueves, 10 de marzo de 2016

6.089.- Demonio en el confesionario II.

Llevo grabadas las iniciales del nombre oculto del silencio.
Soy el acrónimo de subrepticio, tácito, anónimo y secreto.
Mis días invisibles rondan el mito, lo casi extinto.
El octavo día, el mes décimo tercero, el día 32 es cuando existo.

Sigo queriendo ser el Rey del Inframundo con todo su rollo
de incomprensión desechada y la agonía de lo malvivido,
de lo arrogante y del orgullo de lo bendecido, de eso que detesto.
Quiero ser el protector de lo prohibido.

Ansío ser el demonio y vivir en el averno, tácito,
solitario, vituperado, vilipendiado, infausto y gozoso de ello.
Ansío ser lo adverso de un paraíso, el ocaso de la vida,
el frenesí de la desesperación, lo oscuro y poco comprendido.

Ansío ser la negación de todo lo conocido
y perderme, o encontrarme, mientras nadie puede hallarme.
Y me convierto en un socavón oscuro que aguarda, cual averno,
consumir las almas. Y se va callando quedo, quedo, quedito, ya nada ya...

16/04/14
10/03/16

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