sábado, 9 de febrero de 2008

3.010.- Fue un día en el que mi vida nació junto a la tuya.

Fue un día soleado, pero tú resplandeciste aún más.
Fueron días superfluos y tú los llenaste de significado.
Fue un día en el que los sueños y la vida comenzaron.
Fue un día inconcebible dentro de lo ordinario.

Fue un día en el cual la magia tomó forma humana,
en el cual lo irreal e imaginario se hizo tangible,
en el cual tu llanto y sorpresa cautivaron la atención del Creador,
y en el cual el propio Dios estuvo tan feliz que lloró.

Y hoy, siendo un día como aquel, veo tu resplandor en el cielo,
veo que este cielo gris es más azul que otras veces,
se me hace más respirable este aire que respiro,
se me caen las caretas; quiero sonreír sinceramente.

Y quizá tú estés melancólica o estés feliz o no estés nada
o quizá tus recuerdos te hagan pensar que has vivido tantos buenos momentos
o quizá te hagan pensar en las cosas que se pudieron hacer y no se hicieron
o en lo hermoso que es cada minuto de esta vida que es hermosa porque existes.

09/02/08

No hay comentarios:

Publicar un comentario