martes, 24 de diciembre de 2013

5.083.- La gracia que se niega.

Lo más amado de tu beso es que lo sueño.
Y, por más que se me niegue la gracia divina
de una onomatopeya que me hace crujir el alma,
yo vivo en pos de ello; irremediablemente, lo anhelo.

Yo sé que tan pronto como descubras mi locura,
aquello que me sostiene y me hunde a la vez,
te alejarás, me dejarás y te lamentarás luego
la imprecisión de no saber decirme bien sí o no.

Y yo sé que no hay espacio en este universo
en donde pueda habitar mi corazón.
Yo sé que no hay nada escrito en este libro de amor,
de dolor, de temor, de escozor, de escaso color.

La inmaculada dicha de tenerte entre mis suspiros
solo puede ser equiparada en magnitud
por lo anverso de tu trato, por lo fugaz de tu abrazo,
por lo callado de tu grito y por lo perdido de este hallazgo.

24/12/13

No hay comentarios:

Publicar un comentario