domingo, 8 de octubre de 2017

7.026.- En la prisa está el vacío; en la parsimonia, la eternidad.

Sin tiempo para nada, al borde de la obnubilación.
Necesito parar, dejar de perderme, comenzar a verme
y disfrutar de la vida, de lo que pierdo de mis sueños
y mientras, aparentemente, ando despierto.

No pensar en si hay un camino,
tener las ganas de andar es todo lo que se necesita.
Ningún tiempo se pierde;
precisamente ahora, la ausencia incuba un futuro.

En el estado perfecto de la utopía,
cada uno con la suya, se suele ser feliz.
En el estado imperfecto de la tragedia y del dolor,
cada uno con sus propios pesares, se desea ser feliz.

Hay en el deseo algo mucho más valioso que en lo sólito.
Es el deseo aquello que mueve al universo.
Para cada intento, prueba y error son las escuelas,
ingenio y perseverancia, las materias.

Para ser inmortal es necesario morir primero.
En el cosmos se encuentran las respuestas
a los cuestionarios de la imaginación floreciente,
esa que te lleva a soñar y a usar la palabra «magia».

En suma, lo único que se necesita es paz,
encontrarse a uno mismo en la soledad
y trazar, desde pensamientos, el destino propio,
aquel que creamos a cada día con cada pensamiento.

19/05/13
08/10/17

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