domingo, 8 de octubre de 2017

7.024.- Ella es lo que fue y aun más.

Ella tenía un poco de cada mujer del mundo
o cada mujer del mundo tenía un poco de ella;
ése es un misterio que no podré resolver.

Ella tenía una sonrisa como un sol,
brillaba como perpetuidad lunar y tenía una mirada
tan clara y tan profunda como el firmamento.

Ella era la pieza que encajaba perfectamente con mi corazón.
Su sola presencia me hacía sentir que todo era perfecto.
Ella tenía un aura de divinidad que me llevaba a soñar despierto.
Ella era mi todo, lo juro; me enternecía con su voz y sus suaves maneras.

Ella era mi credo y cada una de mis oraciones y mis agradecimientos.
Ella era el oasis del desierto de mi vida.
Ella era mi vida, cada glóbulo de mi sangre.

Ella es mi bendición negada, mis memorias eternas,
cada uno de mis atardeceres de melancolía,
cada sosegado trasnocho entre sueños.

Ella era mi todo, mi más vivido anhelo,
es la prueba de mi existencia, el haber amado sin medida,
el haber sufrido sin reparos y el recordar de una manera inevitable.
Ella es uno de mis mayores misterios, la duda que corroe, la fe y la creencia.

Ella me es todo lo que puede significar el universo entero para un humano.
Ella es mi mayor añoranza, mis más felices y tristes recuerdos.
Ella fue y es mi vida, con cada fase y momento, cada elección,
cada ficción y cada uno de mis deseos. Ella lo es todo para mí.

08/10/17

No hay comentarios:

Publicar un comentario