Puedes saber o creer que sabes muchas cosas,
albergar en ti el rencor o el desprecio y no inmutarte.
Muchas cosas pueden suceder de la manera que esperas,
hasta puedes llegar a pensar que eres un ser bendito.
Puedes obviar tantas cosas importantes
y sentir que todo está bien y que siempre será así.
Puedes jactarte de tener éxito, de ser incólume e impoluto.
Puedes incluso sentir que eres un dios todopoderoso.
Pero, dime: ¿no has sentido que existen momentos,
y no solo breves momentos, en los que te sientes
un sinsentido frágil, endeble, hondo e intranquilo?
¿No has pensado en que nada es infinito o eterno?
La humildad, el dejar que el mundo crea estar por encima
y hacerte poco relevante, tratando de sumar y construir
el espacio de los demás, sus confianzas plenas
y sentir felicidad en ello, te hace eterno e inexorable.
19/06/15
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