Yahaira,
te esperaré en Lamas
desde cuando esté allá
y hasta cuando te halle.
Y es que te encontré
en ese castillo
y fuiste lo más hermoso
de todo lo que vi en mi vida.
Nuestras miradas
se buscaban; se buscaban
quedar prendadas
para siempre.
Era como si ambos
nos hubiésemos estado buscando
todo este tiempo
y, en ese momento, nos halláramos.
Ojalá y vuelva a encontrarte.
Ojalá y vuelvas a quererme.
Sé que mientras sigas llamándote «Yahaira»,
siempre podré confiar en que esto sucederá.
Ojalá y la vida
entrevere nuestros caminos
y nos veamos, quizás a veces
por instantes,
quizás a veces
tan raramente,
pero que finalmente
ambos caminos se fundan en uno solo.
Yahaira,
te esperaré mirando los blasones,
frente a aquella pintura,
fondo del amor a primera vista.
Será, lo que se ha vivido,
un momento en miles.
Será, lo que ha de vivirse,
miles de momentos en uno solo.
Y entre escaleras y piedras
y esculturas y pinturas
y arbustos y fuentes,
soñaré con el momento,
¡el momento!,
y te extrañaré mientras duermo,
sabiendo que al despertar
seguiré soñando contigo.
28/06/13
24/01/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario