Te miro mientras sueño, mujer,
y entiendo que sueño porque te observo.
Te deseo, mujer, e interpreto que te amo
y sostengo que se puede amar a primera vista.
Te adoro, mujer, mientras te contemplo.
Alcanzo a descubrir la magia desde tus gestos.
Divago en frenesí cuando te veo existir,
y entiendo, tan pronto, que he nacido para conocerte.
Sospecho que te amo y, pronto, ignoro esta idea,
concluyo que no interesa y lo único importante es este momento,
el saberte existente, presente y rondando a mi alcance.
¡Yo digo que te miro y solo sé pensar en ti!
Sueño lo turgente y ceñido, lo angelical y tierno,
lo gracioso y romántico, lo distinto y tan próximo.
Y no sé por qué muero por ti, mujer hermosa,
pero sé que morir por ti es algo así como nacer.
11/01/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario