miércoles, 13 de marzo de 2013

5.039.- Desde el caos de no saberte.

Es cuando te pienso cuando dentro mío siento
una revolución que luce triste, casi siempre,
incluso desde antes de ese hermoso y fatídico día.
Hermoso día en el que te veía (tan difícil era encontrarte);
fatídico día en el que te perdí.

Es desde que te pienso que he aprendido
a sentir esta agonía de no saber cómo demostrarte
cuánto es que te quiero, te sueño, te extraño, te pienso.

Y desordenadamente en mi interior se cuajan
tu ida, tu permanencia en mi mente, el no saber qué hice mal,
el por qué desapareciste sin más, el cuánto te extraño,
la sin razón de mi amor triste, la dulzura de tu ser,
el cómo es que llegas a ser la mujer perfecta para mí,
la facilidad con la que te alejo cuando únicamente quiero amarte.

Y, entre mis conflictos por quererte y no saberte,
llego a evaluarme y me siento como un animal domado
que a lo largo de toda su vida ha sido manipulado por la sociedad,
ha perdido su libertad, y ha adecuado su esencia a un parámetro establecido,
tácito, inmaculado, mundano, auto-destructivo, anti-humano.

Y la tristeza me abraza, lo sé, porque te creo un imposible,
alguien que jamás estará a mi lado,
sea por una u otra razón, en suma, porque eres ideal
como un sueño que no podré materializar.

Si alguna vez leyeses esto que escribo,
sé que sabrás un poco más de mí y podrás entenderme,
refutar aquel malentendido (me gustaría saber cuál de las tonterías
que hice ese día me llevó a perderte; indefectiblemente, perderte)
y descampar ese hermoso camino hacia ti.

Esto escribo y es todo lo que escribo ahora;
es solo una expresión mía y no hallo otra;
es lo que me ha dictado mi corazón que solo sabe quererte
y anda muy triste de no poder estar cerca al tuyo.

13/03/13

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