domingo, 21 de octubre de 2012

5.001.- A Dios.

Grandilocuencia grotesca la de gruñir mientras se grita tu incongruencia.
Grumoso lenguaje que afecta lo grabado previamente de tu paciencia.
Y no ser otra cosa, mas que un gregoriano calendario que agrede
y un soberbio grifo en las grutas del pasado extinto, cual fuere.

¿Y a qué debo el placer de ser tu pleitesía y de ofrecerte mi omóplato
para ser pisado, humillado y alzarte mientras encorvado te alabo?
Y tienes hacia mí (bendito tiempo, bendita divinidad) tan solo un vacío plato.
Y me das libertad, pero me programas para sentirme incompleto sin ti al lado.

Y no me importa si tienes cinco metros, si te alimentas de nosotros,
si solo somos tus mascotas, si lo profundo de nuestro sentir no es nada
para ustedes, para ti, para los que sean y hacen mofa de los otros.
No estoy interesado en ser vuestro prisionero; mi alma es superior, es humana.

Y de dioses está lleno el mundo: el niño con su ternura es un dios para mí,
el hombre que abraza la vida es un dios para mí, la mujer es un dios para mí,
el pobre humano humillado es un dios para mí y el sol, el cielo, el amor,
todo es un dios para mí; pero no ustedes, los que juegan a serlo y solo causan dolor.

21/10/12

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