Padre,
desde tiempos inmemorables
siempre fuiste mi ejemplo a seguir;
quizás algún día
llegue a tener esa fuerza
y ese valor
con el que afrontas la vida,
y la alegría
con la que la sobrellevas.
Padre,
tu nobleza no tiene igual,
tus actos son encomiables,
y yo me siento tan orgulloso
de ser tu hijo.
Padre,
yo en mi crecer aleatorio,
fuera de serie, singular;
deseo ser un padre como tú;
enseñarles muchas cosas
a tus nietos,
así como tú me las enseñaste;
ser un faro firme
que guía a sus hijos
a buen recaudo.
Padre,
jamás conocí a alguien
tan comprensivo;
jamás, a alguien
que pudiera ser tan buen padre,
aún sin haber tenido uno
que lo guíe.
Padre,
como dices tú:
yo soy la continuación
de tu existencia;
tú eres, por tanto,
el tallo de mi esencia
y la raíz de mi legado.
Padre,
gracias por todo;
te amo mucho.
16/06/02
01/10/10
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