sábado, 18 de mayo de 2002

1.018.- Canto a la vida.

Hola a todos.
¿Cómo están?
Yo estoy cansado
de escribir cosas tristes,
de hablar de penas,
de inmiscuirme en tristezas,
de hablar como un depravado masoquista
y de sufrir y sufrir.

Quisiera que todos ustedes
me acompañen en esta hilaría
porque quiero continuar con mi vida
y ser feliz,
y dejar de lado penurias
y darles la bienvenida
a cosas que me hagan reír.

Y ya no ser un idiota
que se martiriza
con amores que no pudieron ser,
que es incapaz de levantar el rostro
y ver que hay un camino
muy largo que tengo que recorrer.

Y quisiera yo vivir la vida
porque para eso vivimos,
para vivir la vida,
para ser felices,
para no sufrir,
ya que el que sufre
es como si muriera
porque la vida tiene
que ser felicidad.

Y no deben vivir fantasías
que hagan sentir bien
porque al final,
cuando lleguen a ver la realidad,
sufrirán.
Mejor sería que viviesen
la realidad,
aunque ésta sea dura y fea,
e ir convirtiéndola
poco a poco en un
campo alegre, feliz,
lleno de emociones gratas
y lleno de risas y sonrisas.

Por eso, todos sin excepciones,
deben vivir con alegría,
sin mediocridad
y apoyándonos los unos
a los otros
y riéndose
y viviendo sin penas.
Y uno no debe pensar en cosas tristes
tanto,

sino, más bien, guardar
como un tesoro
esos recuerdos de circunstancias
bellas y alegres.

Vivan y dejen vivir
que vivimos
para ser felices
y si se preguntan
qué ganamos con eso, yo les digo
que se gana más felicidad.

18/05/02

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