domingo, 12 de mayo de 2013

5.048.- El juego que me aburre.

Renunciando pasó la vida;
en un eterno juego se convirtió.
Y para dejar de renunciar
y sobrellevar el abandono, jugar fue bueno.

Sabía, yo, que eras tú;
lo sabía con cada latido.
No sé ahora si deba saberte
o si deba olvidarte o no pensarte. Ya no lo sé.

Reconociendo tus palabras, tus miradas,
quizás algo aprendí o quizás no pueda conocerte,
quizás seas el acertijo más complejo
existente dentro de mi sobria vida.

Este trajín de llegar a mostrarte mi rostro
y no poder ver si el tuyo es el que veo ahora,
lo he sobrellevado ya, me parece, demasiado.
Pero aún creo, aún pierdo la fe, aún creo, aún pierdo la fe, aún creo, aún creo... eso creo.

12/05/13

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