jueves, 27 de mayo de 2021

7.085.- Se ha perturbado la esencia.

A Rosario Espejo, mi madre.

Hemos estado tanto boca abajo,
opacando la intuición, el permanecer
y el hecho mismo de ser humanos,
vanagloriando el dominio,
el control, la guerra y el subyugo,
entre endebles castillos en el cielo.

Anduvimos viviendo en un mundo
en el que llevamos el apellido del padre,
pero la idiosincrasia de la madre;
por tanto, yo no soy Bonilla, sino Espejo,
ni siquiera Espejo, sino Mandujano,
ni siquiera Mandujano, sino Arroyo,
ni siquiera Arroyo, sino Vásquez,
y así sucesivamente...

Seres presos de caprichos,
de falsa superioridad,
de macha intransigencia,
de coqueteos con lo divino
y de vejaciones a lo humano,
insensatos y vanidosos;
que expropiamos la lógica,
pero nos creemos dueños de ella;
que deslegitimamos la nobleza,
pero nos creemos poseedores de ella.

Humanos a medias y acobardados,
perdiendo tanto que nada más puede ser,
manchando todas las almas,
torpes, insensatos, al no manifestar
malestar alguno, culpa alguna,
y preferir estar cómodos, aunque carentes.

Hemos fluctuado extáticos entre prisiones
y visto a los ojos siendo abusadores,
inventando historias de bondad
con tanta maldad a cuestas.

28/12/20
27/05/21

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