sábado, 4 de julio de 2015

6.059.- Inefable fábula del perdón.

El tintineante arrojo de un yelmo forzado
que tristemente ha colapsado en llanto
justo frente a tu mirada, sin más que decir,
apenado, acaecido, arrepentido y sin saber qué.

Y es casi indecente la declaración de tu felicidad.
La parca impaciencia que me ha consumido
no sabe apreciar la bendición que ha sucedido.
El relámpago nunca fue tan oscuro; ni el trueno, silencioso.

Y ya cuál será... no importa; carece de cualquier atisbo
de moral y existencia la sequedad del alma tuya.
Es tan impenetrable el fuego inextinguible.
El fin es un misterio absoluto y, al parecer, sin final.

Y no quiero mostrar más sobre la paradoja
del sinsentido de este capítulo que nada dice
y solo indica que siempre aparece una tormenta,
así el valle sea calmo, perpetuo, insípido y sin agonía.

04/07/15

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