sábado, 23 de agosto de 2014

6.021.- Despedida.

Y me decía «adiós»
con sus ojos diminutos,
su sonrisa triste
y una fingida despreocupación.

Por momentos bromeaba con llorar
y parecía que quería llorar de veras.
Yo la leía cuidadosamente:
jamás creí generar tanto en alguien más.

Por un momento, y no solo un momento,
fui feliz porque sabía que ella
sí sabía amarme, estaba dispuesta a esperarme,
recordarme libremente y soñar con un futuro.

Y yo la veía y sabía que jamás la olvidaría
ni a su cabello rizado ni a su sonrisa tenue
ni a sus gestos de dolor ni a su mirada tierna
ni a lo querido de su abrazo ni a lo sentido de sus labios.

23/08/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario