miércoles, 27 de noviembre de 2013

5.075.- ¿Qué se puede pedir?

¿Qué se puede esperar del invierno?
Es tan proclive a morir el vivir.
Es tan urgente la vigencia de este corazón
y tan esquivo el motivo y tan ausente la magia.

¿Qué se puede esperar de los días grises?
Es tan largo el dolor, éste, de no conocerte.
Y compungido el dolor, que ya es físico dentro,
inspira un remordimiento de no ser amigo del tiempo.

¿Qué se puede querer? ¿Qué se puede soñar?
Indómito paraje que, cual tierra prometida, es visible solo póstumamente.
La reliquia de este amor y la procrastinación de un verso
distinguen el bien amado del sueño amargo.

¿Cuál es el precio? ¿Qué sacrificio he de padecer?
¿Cómo se puede existir si no se puede vislumbrar el motivo?
¿Cuándo (perdón, Cronos) se puede aspirar el momento?
Concluyo indefectiblemente que la tristeza me sienta bien

y los días pesan, la gracia me rehúye y la estupidez es eterna.

27/11/13

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