Fuiste mía una noche,
solamente una noche,
y entre tus brazos entendí
que lo mejor de la vida aún estaba por venir.
Fuiste mía una hora,
solamente una hora,
y entre tus piernas descubrí
que la vida conserva aún ciertos misterios.
Fuiste mía un segundo,
solamente un segundo,
y por ese segundo infinito
aprendí lo que es vivir en el cielo.
Fui tuyo todo el tiempo,
fuimos nuestros una noche,
y entre tus labios descubrí
cuánta pasión, cuánta ternura, cuánta dicha de sentimientos.
03/11/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario