martes, 9 de abril de 2013

5.045.- (No debe nombrarse).

Por no decir nada, escribo esta línea.
Por intentar decir algo, escribo esta otra.
Y por hacer un preámbulo a lo que intento expresar,
he escrito la línea anterior y digo: consecuencia.

No es que deba callar lo que necesito decir.
No es que deba decir lo que no puedo sentir.
Sencillamente, y así tan fácil, tan soso y mundano,
se dice lo que es y se calla lo que no.

Siempre hay un punto de partida que siempre nace
de un punto de llegada; siempre, un comienzo
a partir de un final; y circular y eterno, como
si nada importara, atropellan los hechos, ahogan los sucesos.

Tal vez el orden no importe, el significante no exista,
la bruta materia que me hace esta cosa tangible,
tal vez, solo sea un sueño, un fatídico sueño pesado.
Entonces, se busca despertar y hallar mi luz.

Tal vez la diferencia, el error, la piedra en el camino,
el insoportable sopor de la levedad sea aquello que me odia y me ama,
un amigo y enemigo que no me deja ser feliz
y se mofa de mi eterna desdicha, de mi incompleta felicidad.

09/04/13

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