domingo, 8 de junio de 2008

3.037.- Mi fidelidad.

Siempre es el Sol en lo alto un símbolo de incólume poder.
Siempre es en lo oscuro la Luna llena un símbolo de magia y de sueños.
Siempre es el mar en el horizonte un símbolo de eterna inmensidad.
Siempre es, bajo mis patas, la arena un símbolo de inmensa infinidad, de insondabilidad.

Siempre es tu sonrisa un símbolo preciosísimo del porqué de mi vida.
Siempre es tu alegría mi firme propósito; el lograrla mi naturaleza.
Siempre los olfateados pies del amo inspiran obediencia.
Y siempre sus caricias son ternura difícil de comparar con las perras en celo.

Yo quisiera ser el niño que arrollas en tus brazos.
Quisiera que estuvieras conmigo todos los días de nuestras vidas
y que estuvieses orgullosa de quien soy, de lo que hago,
que puedas llorar junto a mí de lo que me entristece.

Quizás no sepa que sucederá mañana, pero me gustaría averiguarlo junto a ti.
Quizás llegue a querer demasiado a ese niño porque tú lo amas,
pero nunca dejaré de serte eternamente fiel, de ser inmensamente feliz
con tus migajas de amor, y hasta de morir contigo con tal de acompañarte, inclusive, más allá de la muerte.

08/06/08

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