jueves, 3 de mayo de 2018

7.039.- La anhela mi existencia.

Muero un poco con cada recuerdo.
Sueño cada vez más con su regreso.
Quisiera tener poderes mágicos
y teletransportarme para verla dormir
y ocultarme para poder ver su sonrisa,
y, sobre todo, regresar en el tiempo
y hacerle sentir siempre cuánto la quiero.

Siento un poco más su ausencia,
y mi corazón se retrae acongojado,
se quiere guardar en su casita, bien adentro,
y no salir hasta que el amanecer
ilumine su ventana nuevamente
y el sol haya vuelto y ría como antes
y esté feliz de que el corazón lo espere.

Me remuerde la vida con cada día que pasa
y no soy capaz de hacer que confíe en mí,
pero me vuelvo experto en perderla
y en alejarla a cada minuto más
y en privarla de ver la luz que no brilla,
lo eterno que carece de constancia,
lo mágico que carece de trucos.

Anhelo poder verla feliz, sentir su risa,
saberme bendecido al ser testigo
de su hermosura y de su alegría.
Anhelo cada uno de los momentos
entre sus dedos, entre sus abrazos,
entre su sonrisa, entre sus caricias,
entre sus besos y sus palabras de afecto.

Anhelo la bendición de su presencia.

03/05/18

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