domingo, 8 de enero de 2017

7.008.- Impredecible.

Solía pensar que no viviría sino hasta los treinta y seis;
sin embargo, ahora sé que podría morir en cualquier instante.
Y esto, luego de desesperanzador y fulminante,
conlleva a vivir, a vivir a secas, a vivir sin adjetivos adicionales.

Solía creer que tenía un tiempo de vida ya marcado;
y, aunque pensara que era tan pronto y agobiante,
esto era un lujo y nada podía validar que lo tenía asegurado.
Solía pensar que conocía las cotas y eso me hacía arrogante.

La vida es atemporal, indescriptible por años,
no puede predecirse ni asegurarse y casi nunca es propia.
La edad y la existencia aquejan el disfrute de la vida,
hacen mella de lo único que depende de nosotros: el vivir.

El amor y la esperanza son cosas que alimentan la existencia,
y su carencia solo conlleva a que la ficción
tenga un sabor más tenue, más irreal, más espectral.
El saberlo todo nos pierde; la necesidad es la que nos sostiene.

08/01/17

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