jueves, 10 de marzo de 2005

2.040.- Te irás como agua entre las manos.

Caerás y caerás como agua celeste.
Yo te soñaré una y mil veces.
Te imaginaré brillante, angelical.
Te amaré por un tiempo infinito.

Mis vanas rosas dirán que no he vivido.
Mis lánguidas manos me recogerán de a poquitos.
Mi columna vertebral me erguirá,
pero solo tus ojos me harán soñar.

Y al pasar tal vez por tu casa
(una casa que no quiero olvidar),
pensaré en ti una y mil veces,
soñaré con tus ojos y tu sonrisa de mar.

Y recordando y soñando todo lo que he vivido,
tratando de ahogarme y no sobrevivir,
pensaré de nuevo: ¡pero qué ida tan triste!
Y tú volverás a caer como agua celeste.

Mas no quiero desecharme así de fácil,
antes quiero recordarte y no perderte nunca más,
quiero que seas mi pensamiento eterno,
quiero quererte así por siempre.

Una lágrima azul rodará por tus rosadas mejillas.
Un adiós gris tuyo rodará por mi sucio rostro.
Y te perderé como se pierde el agua entre las manos:
desaparecerás de a pocos y caerás y caerás.

Pero te soñaré sin lágrimas, sin adioses,
sin vacíos en el corazón que carcomen el alma,
sin manzanas podridas que me inducen al pecado,
tan solo así: brillante, angelical, vana rosa tan bella.

10/03/05
11/12/07

No hay comentarios:

Publicar un comentario