Seguirás la senda de tu existencia
sin saber por qué caminas.
Seguirás sin abrir los ojos
e, al tratar de abrirlos,
irás cerrando, poco a poco, tus oídos.
Seguirá tu existencia
siendo una mentira.
Te alejarás cada vez más de la verdad.
Quedarás ciego completamente.
Tu voz ya no podrá pedir ayuda.
Y así llegarás al abismo
y, cayendo, te verás caer
y podrás escucharte
pedir ayuda,
allá en la eterna verdad.
03/08/03
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