miércoles, 23 de agosto de 2017

7.020.- En el parque Cáceres.

Estoy aquí, tan cerca al lugar donde fui completamente feliz.
Y una canción, que suena, dice: «Cada vez que me enamoro, me enamoro de un poco de ti».
Y estoy sentado, mirando a los recuerdos que lucen inolvidables
en esta ciudad que, para mí, es la ciudad de la tristeza.

Y estoy aquí, mirando todos los momentos que permutan en mi mente.
Te extraño y quisiera sentir tu risa a mi costado calentando mi alma.
Extraño tomar tu mano, ser libres y eternos desde nuestro caminar juntos.
Con todo esto no puedo evitar pensar en que todo lo que me importa lo he perdido.

Cuando te sientas sola, tal vez, piensa en que hay alguien que siempre piensa en ti.
Tal vez lo nuestro sea algo que no vuelva a suceder jamás,
pero seguiré teniendo para ti una sonrisa, unas palabras de apoyo,
los mejores deseos que puedo tener por alguien y mi corazón en donde estés.

Y estoy aquí, sentado, mirando el parque donde hablábamos de destino,
donde éramos la pareja ideal y en donde todos nos miraban
y nos daban sus bendiciones y todo parecía que sería para siempre,
y yo era feliz por ello, era feliz de haberte encontrado y de amarte.

Y estoy aquí, recordándote, recordando todo lo que sentía por ti
y, también, cómo es que la inmadurez de ambos nos llevó a alejarnos sin más
y a saber que todo lo que parece perfecto, conlleva a degradarse tan solamente.
Y la posibilidad de un dolor infinito queda, y así es como quedé: sin ti.

23/08/17

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