Ahora ya no hay luz;
solo, reflejos.
Ahora ya respiro aire;
ya no respiro amor.
Ahora mis sueños son más realizables;
ahora ya no son tan imposibles.
La claridad de un amanecer
es perfecta; la puesta de sol, al atardecer,
también, es perfecta; esta tranquilidad al escribir,
también, es perfecta; esta bonanza de sentimientos,
también, es perfecta; este recuerdo sin dolor,
también, es perfecto; esta brisa que corre ahora,
también, es perfecta; este sonido de los niños jugando,
de las muchachas conversando,
de los automóviles transitando,
también, son perfectos; todas estas cosas son perfectas
para escribir, recordar y pensar
en el porvenir.
¿Vida o ilusión?.. no importa, hay que disfrutarla.
El dolor llega, pero también el alivio.
El sufrimiento, sientes que te acabará por completo,
pero nunca es así; uno mismo,
conscientemente o inconscientemente,
se libera de todo dolor, pesar y martirio,
busca encontrar la felicidad, el alivio
y siempre vive a su manera,
aunque su manera sea copiar
rasgos de los demás.
Buscar el gran alivio
no es bueno;
esperarlo tampoco;
pero que llegue,
sin buscarlo ni esperarlo,
cuando sientes que ya nada
sirve, que nada tiene el valor suficiente para decirte
que eres el mejor, es mejor y muy bueno,
demasiado beneficioso, reconfortante y pacifista.
05/10/02
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